Decenas de vecinos trataron de forzar ayer su entrada al Ayuntamiento de Igualada ante la intención del gobierno municipal de Marc Castells (PDeCAT) de subir impuestos municipales como el IBI o la tasa de basuras. Los residentes, indignados, pidieron su "dimisión" e incluso hicieron ademán de irrumpir en la casa consistorial por la fuerza. 

La tensión se desató ante la convocatoria del pleno de aprobación de los presupuestos de 2023. El Ejecutivo local de Castells proponía unas cuentas expansivas, aunque también con mayor carga fiscal. A algunos vecinos no les sentó bien e increparon al munícipe. Éste ordenó su desalojó, pero el pulso siguió fuera del edificio consistorial.

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El gobierno modula la subida

Pese a la presión vecinal, el gabinete de Castells aprobó la propuesta de presupuestos. Eso sí, la moduló. Finalmente, el alza de la carga fiscal será del 8,9% en total, y del 7% en el IBI. Inicialmente, el ayuntamiento quería subir este último impuesto al 11%, pero ha moderado sus intenciones. 

De hecho, el problema de Igualada no es único. La inflación en España ha descalabrado las cuentas de muchos ayuntamientos. Tarragona, por ejemplo, ha alertado de que está en riesgo de "quiebra", como explicó este medio

Castells acusa a la CUP

En este marco, el primer edil de Igualada ha defendido el alza moderada de tipos y ha acusado a la CUP, que es la cuarta fuerza en el municipio con tres ediles, de abrazar el "populismo como Vox" al capitanear la protesta antiimpuestos. 

En este contexto, Igualada Som-hi (PSC) votó a favor de la moción alegando que solo tenía dos opciones: una aprobación automática o una rebaja de los incrementos, como finalmente ha pasado. El punto salió adelante.