Al independentismo catalán le salió en 2017 un inesperado defensor: Silvio Berlusconi, fallecido a los 86 años.
El exprimer ministro italiano abogó entonces por una solución dialogada para la crisis en Cataluña, que entonces atravesaba por los momentos más álgidos de proceso secesionista: referéndum y declaración unilateral de independencia (DUI). Berlusconi abogó por un “referéndum controlado” y “legal” en “enmarcado en la legitimidad constitucional” española.
El político italiano hizo unas declaraciones en Bruselas con motivo de una reunión del Partido Popular Europeo (PPE). Allí se le preguntó sobre la crisis secesionista catalana, un asunto “muy difícil” que, en su opinión “se puede resolver con el diálogo”.
La doctrina Berlusconi
Berlusconi expresó “respeto” al presidente español, Mariano Rajoy, pero aseguró que él “no habría mandado a la Guardia Civil” a actuar el 1 de octubre, en la jornada en la que se celebró el referéndum, a pesar de que había sido suspendido por el Tribunal Constitucional. No obstante, el exmandatario de Italia dijo que eso es ya es algo del pasado y hay que mirar al futuro.
Hubo más concomitancias entre Berlusconi y el procés. Más recientemente, Carles Puigdemont invoca la llamada ‘doctrina Berlusconi’ para intentar aplazar el fallo del Tribunal Constitucional sobre su inmunidad como europarlamentario. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea estableció, en relación a un recurso presentado por el italiano, que tenía la competencia exclusiva para controlar la legalidad de los actos adoptados por las instituciones de la Unión.