Los llamamientos a una Europa fuerte que dependa menos de Estados Unidos militarmente estuvieron entre los grandes temas de las jornadas del Círculo de Economía en Barcelona. El empresariado presente escuchó atentamente mensajes como el de Josep Borrell, que pidió dejar de subarrendar la defensa europea a EEUU; Ivan Krastev, que alertó de que el continente "depende demasiado de EEUU para la seguridad"; o Marc Murtra, que desde la perspectiva de Indra y proyectos como el cielo único incidió en la "autonomía estratégica" que deben tener los ejércitos europeos.
Estos discursos se lanzaron con un ojo puesto en amenazas como la guerra de Putin en Ucrania y, lejos de preocupar al club militar internacional en el que también participan los estadounidenses, fueron bien recibidos. "La OTAN quiere una Europa con una defensa fuerte. Estamos pidiendo que los países inviertan más en defensa, es bueno para la alianza", asegura a este medio Carmen Romero, vicesecretaria general adjunta de Diplomacia Pública de la organización, que también participó en las conferencias.
El 85% de la inversión viene de fuera
Romero recuerda que, cuando Washington decide actuar en un conflicto bélico, no todos los países miembros le siguen necesariamente, como ocurrió en la guerra de Libia, por lo que es importante la "complementariedad" de estrategias. "Cuando entre Suecia, probablemente dentro de poco, el 96% de los ciudadanos de la Unión Europea vivirán en países de la OTAN, pero el 85% de la inversión viene de países que no son miembros de la UE", señala la representante de la alianza atlántica.
La vicesecretaria general adjunta aplaude la celebración de este ciclo de conferencias en "una gran ciudad" como Barcelona, ya que "vincular la economía con la seguridad es vital". Especialmente para que "los países miembros sean más independientes de otros países y, cuando uno haga un acuerdo comercial, se tenga en cuenta cómo puede afectar a la seguridad".
Diálogo con Pekín
Si bien "la OTAN no entrega armas", Romero defiende la relevancia de la "asistencia no letal" que presta en Ucrania, que considera clave para evitar futuros conflictos que pueden venir de Moscú, pero también de "otras amenazas". Entre ellas están el terrorismo, las amenazas híbridas, los ciberataques o la afectación de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, en especial aquellas desarrolladas desde el liderazgo chino.
Con respecto al régimen de Pekín, la alianza atlántica le tiende la mano para facilitar un acuerdo de paz en Ucrania, aunque marcando distancias. Romero aplaude el "diálogo" entre Xi Jinping y Volódimir Zelenski y la diplomacia que se está "retomando" entre la OTAN y China, pero recuerda que el gigante asiático "utiliza medios coercitivos y no respeta valores que nosotros sí respetamos".
Moscú, de aliado a enemigo
Según la representante de la agrupación militar internacional, China "no es un adversario y hay que hablar, pero supone un desafío a nuestros intereses y a la seguridad". En particular, preocupa que no se rija por las normas de control de armas nucleares de los tratados que sí comprometen a EEUU y Rusia, o que Pekín esté "utilizando" el discurso antioccidental de Moscú en lo referente a la expansión de la OTAN.
La diplomacia occidental tiene ahora el reto de que las relaciones con el régimen chino no se deterioren como con el ruso, que "pasó de ser un socio estratégico a un adversario potencial de la OTAN".