Los vecinos de Badia del Vallès (Barcelona) tuvieron que esperar a 1994 para que su municipio fuera reconocido como tal. Hasta esa fecha había sido una zona de viviendas sociales situada entre Barberà y Cerdanyola, destinadas a los trabajadores que llegaron a Cataluña en los años 60 en plena oleada de inmigración. Dicho de otra manera, estaba llamada a ser una especie de ciudad dormitorio, pero gracias a los movimientos vecinales, ese “terreno de nadie” adquirió entidad propia.
A modo de guiño, Badia fue construida según el mapa de España, de forma que el nomenclátor se ajusta a éste. Avenida del Mediterráneo, del Cantábrico… Diversas provincias españolas dan nombre a las calles de esta ciudad, donde, además, los colegios rinden homenaje a los bailes regionales: La Seguidilla, La Jota, La Muñeira… Es, por tanto, la ciudad más joven de Cataluña, pero también la más española. Su escudo es una golondrina, símbolo de esa inmigración.
Con 13.000 habitantes, Badia --antes se llamó Ciudad Badía-- siempre ha estado gobernada por el PSC desde que adquirió su condición de municipio. Eva Menor es su alcaldesa desde 2011. Y repite candidatura. Se trata de una ciudad impermeable al independentismo. Solo ERC logró duplicar sus votos en las elecciones de 2019, aunque eso sólo le valió tener un concejal frente a los 10 de la socialista. Junts per Catalunya no tiene representación.
Ciudad natal de Antonio Díaz --conocido como El mago Pop, que da nombre al auditorio municipal--, el desempleo y la seguridad son los principales temas de campaña de cara al 28M.