Corría 2017. El año del referéndum de independencia catalán. Los planes de Carles Puigdemont no pasaban desapercibidos para un alto cargo del Ejército alemán, miembro de la inteligencia europea, quien había colocado a Cataluña en el mapa de los populismos que promovían la desintegración de la Unión Europea.
Y es que los contactos del entonces presidente catalán con Rusia ya habían llamado la atención de una de las instituciones más especializadas en amenazas híbridas. La misma que está llamada, a petición del Parlamento Europeo, a profundizar en las complicidades del fugado --curiosamente, bien pagado como europarlamentario-- con la desestabilización de Europa y la propagación de fake news. Un encargo sin precedentes.
Mayoría aplastante
El pasado miércoles, la comisión de Desinformación e Injerencias Extranjeras (INGE) de la Eurocámara aprobó encargar una investigación independiente sobre las interferencias del régimen de Vladímir Putin en el intento de secesión catalana del resto de España. Lo hizo con el voto a favor de 27 miembros de la comisión, una abstención y un solo voto en contra. La iniciativa parte de una propuesta de resolución del grupo liberal -- Renew Europe--, defendida por la eurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa, negociada con el Partido Popular Europeo y el Partido Socialdemócrata. Los socialistas se habían mostrado reacios en un principio, pero las sospechas sobre esas injerencias eran más que fundadas.
“La mayoría a favor de investigar más a fondo fue aplastante. La injerencia de Rusia en Cataluña es un caso de manual. Lo que ocurre es que los instrumentos del Parlamento Europeo para hacerlo son limitados. Estamos hablando de agendas secretas a las que es muy difícil acceder”, explica Pagazaurtundúa a Crónica Global.
¿Qué es Hybrid CoE?
Por el contrario, el Centro Europeo de Excelencia para Contrarrestar las Amenazas Híbridas (conocido en inglés como Hybrid CoE), situado en Helsinki, sí tiene capacidad para indagar en esas relaciones entre Puigdemont y el Kremlim. De hecho, según ha podido saber este medio, hace años que los expertos que trabajan para este organismo manejan informes con mapas geoestratégicos en el que Cataluña figura como uno de los focos populistas que intentan destruir Europa.
Que el día antes de la proclamación de la declaración unilateral de independencia (DUI), Puigdemont recibiera al emisario de Putin Nicolai Sadovnikov --muy bien conectado con Siria e Irán-- hizo saltar todas las alarmas. “En el centro eran muy conscientes de que Putin no iba a renunciar a ampliar su radio de influencia y es ahí donde aparece Cataluña en el mapa”, aseguran fuentes conocedoras de los trabajos de este Centro.
El 'caso Voloh' y Tsunami Democràtic
Puigdemont acabaría rechazando ese plan del Kremlin, que incluía un despliegue militar, pero las conversaciones grabadas por los investigadores del caso Voloh demostraron que su entorno insistía en la necesidad de buscar aliados rusos, a modo de embrión de lo que sería Tsunami Democràtic, creado para radicalizar el activismo separatista. El secesionismo había entrado en una espiral que incluso contemplaba muertos.
No es anecdótico que este Centro, un referente en la investigación de amenazas híbridas, esté situado en Finlandia, país limítrofe con Rusia. Creado por la UE y la OTAN en abril de 2017 en pleno auge de las campañas de desinformación propiciadas por Russia Today y Sputnik, este organismo estuvo integrado inicialmente por nueve países de la UE --incluida España--, Estados Unidos y Noruega. Actualmente se compone de un total de 33.
Se trata, en definitiva, de un centro independiente de conocimientos especializados cuya finalidad es mejorar la capacidades civiles-militares, resistencia y preparación de los países miembros para hacer frente a amenazas híbridas enfocado a la seguridad europea.
El sueño de una Europa fragmentada
La decisión de la Eurocámara de encargar un informe sobre las complicidades de Cataluña en la desestabilización europea al citado Centro no tiene precedentes, pues hasta ahora se había puesto el foco en la operaciones de desinformación de Rusia y China, en contacto con otros regímenes totalitarios como Irán o Venezuela. “Una Europa fragmentada es el sueño de todos los enemigos de la democracia”, asegura la eurodiputada de Ciudadanos.
La resolución tiene que votarse en sesión plenaria en mayo. Cuenta con el rechazo de los eurodiputados de ERC y, como no podía ser de otra manera, de Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí (Junts per Catalunya). Consideran que se trata de un intento de desviar la atención respecto al espionaje de independentistas catalanes.
Desde el Gobierno catalán, la consejera de Acción Exterior, la republicana Meritxell Serret, expresó su respeto hacia las decisiones del Eurogrupo, aunque dejó claro que el Govern no tiene ni ha tenido ninguna relación con Rusia ni con personas vinculadas al Gobierno ruso.