El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, considera que su gobierno ha gestionado bien la sequía que sufre Cataluña desde hace 32 meses. "Hoy la situación sería mucho más grave", ha expresado en una comparecencia extraordinaria tras el consell executiu. Es más, cree que si el panorama es así de preocupante es porque todavía hay cuestiones pendientes con el Gobierno y que "condicionan la capacidad de actuación de las instituciones".
Esa es, a su parecer, la "resolución del conflicto político". "Ha pasado una pandemia, ha habido un aumento del coste de la vida a causa de la invasión rusa en Ucrania y ahora una sequía que vuelve a condicionarlo todo. Pero en ningún caso todos los esfuerzos nos tienen que hacer olvidar que tenemos un conflicto pendiente de resolver, agravado por la represión que todavía sufren representantes que se encuentran en el exilio", ha expresado el president.
Un acuerdo de claridad
Aragonès ha aprovechado la falta de agua en Cataluña para reabrir el debate sobre un acuerdo de claridad. En este sentido, ha anunciado que convocará una mesa de partidos políticos después de las elecciones municipales del 28 de mayo para abordar las bases para un referéndum pactado con el Gobierno. Según ha detallado, la reunión servirá para que cada formación --a excepción de Vox-- exponga cuál es la "solución" al conflicto político que, a su parecer, lleva "demasiado tiempo bloqueado".
Paralelamente, el Govern iniciará un debate con entidades e impulsará ocho focus groups con 100 personas elegidas por sorteo en los que se posicionarán sobre esta cuestión. Y todo esto se llevará a cabo a través de un consejo académico que elaborará varios informes en el que expondrán sus fórmulas "democráticas para resolver el conflicto político", a partir de preguntas que planteará el propio Ejecutivo autonómico. Unos documentos que estarán listos a principios de 2024.
Advertencia a Junts
En la reunión del próximo junio todos los partidos tendrán que dar su opinión sobre la propuesta del acuerdo de claridad. Una idea que desde Junts per Catalunya no vieron con buenos ojos desde un principio y que, de hecho, intentaron esconder con su planteamiento de someter a Aragonès a una cuestión de confianza que acabaría en ruptura entre los socios. No obstante, el president espera que los neoconvergentes le den su apoyo: “¿Qué independentista puede estar en contra de un referéndum por la independencia?”, ha respondido a preguntas de los periodistas.
Además, ha recordado que, según las últimas encuestas del CEO, “la opción del referéndum pactado cuenta con el respaldo de la mayoría de cada uno de los electorados de ERC, Junts, CUP, comunes y PSC”.
La peor sequía en 32 meses
En cuanto a la sequía, el presidente ha evitado la autocrítica asegurando que su gobierno ha estado a la altura. No obstante, considera que sería un error encarar este problema como “una excepción”, ya que los periodos de escasez de agua serán cada vez más habituales y de mayor intensidad a causa del cambio climático. Por eso, ha apostado por adaptarse ante este nuevo escenario, lo que pasa por construir nuevas infraestructuras como desaladoras y potabilizadoras.
Además, ha hecho un llamamiento a la “responsabilidad” del resto de instituciones y de los grupos parlamentarios para alejarse de bloqueos. Unas palabras que cobran especial relevancia después de que el pasado 31 de marzo el Govern no lograse consensuar medidas para mitigar los efectos de la sequía.
Cabe recordar que, después de cuatro horas de reunión, PSC y ERC no se pusieron de acuerdo en uno de los puntos que hacía referencia al régimen sancionador a los ayuntamientos.