El independentismo más recalcitrante ha intentado neutralizar la polémica sobre las burlas a la Virgen del Rocío y al acento andaluz en TV3, con duras críticas a la quema de muñecos que representaban a Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín. El tiro les ha salido por la culata, porque se trata de una tradición celebrada en diversos municipios españoles, la quema de Judas, en la que también se han utilizado representaciones de Pablo Llarena, Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal, Cristina Pedroche o Ana Obregón, entre otros muchos personajes.

Así se lo han hecho saber las redes sociales, pero incluso el secretario general de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Turull, se ha sumado a la indignación por esta tradición de Semana Santa.

La indignación de Turull

“Si estas figuras fueran del Rey y familia y hecho en un pueblo de Cataluña, la fiscalía ya habría dejado de hacer vacaciones. En cambio, lo llamarán como siempre cultura popular y tradicional y no incitación al odio. Es el Estado español como concepto”, ha escrito Turull en sus redes sociales.

Tuit en el que se demuestra que se ha cortado la foto de la quema de Judas en Alfaro (Logroño)

Entre las respuestas a esas críticas por la quema de muñecos que emulan a los tres eurodiputados en Alfaro (Logroño), hay quien recuerda la quema de una figura hiperrealista de Felipe VI en Berga o las fallas de Valencia. Pero los indignados separatistas creen que la quema de Judas avala la necesidad de los catalanes de independizarse“.

Quema de un centenar de figuras

Demuestran algunos tuiteros que las fotos usadas por estos enfurecidos separatistas está recortada para dejar fuera de plano a Llarena. Solo en Alfaro se ha quemado un centenar de figuras.

El diputado de JxCat, Salvador Vergés, ha ironizado sobre el diálogo entre ERC y el Gobierno. “Son gente con la que se puede dialogar”, ha escrito