Los vecinos de Badia del Vallès (Barcelona) volverán a votar en mayo rodeados de amianto. Pese a la promesa en firme tanto del ayuntamiento como de la Generalitat de descontaminar las viviendas del municipio, las obras de extracción se han retrasado de nuevo, hasta 2024. Ello pese a que el Govern ha comprometido 4,5 millones de ayuda para costear la operación que vencen el primero de enero de 2026.
El motivo de este retraso: el gobierno local del PSC lanzó una licitación para hallar una oficina técnica de apoyo a la que no se presentó ninguna oferta. Esto ha obligado a repetir todo el papeleo enmendando su enfoque original. Mientras la alcaldía se escuda en la "gran complejidad" de la iniciativa, un portavoz de la comisión local del amianto consultado por Crónica Global se lamenta de que "se va tarde". "El ayuntamiento se ha dormido", critica.
Situación actual
En declaraciones a este medio, la alcaldesa, Eva Menor, detalla los problemas con los que se topó el consistorio cuando quiso ponerse manos a la obra. "Un ayuntamiento como el nuestro no tiene suficiente musculatura técnica para asumir una operación tan ambiciosa y sin antecedentes", explica. Por eso, se buscó una firma externa que pilotase los pliegos técnicos tanto del proceso de encapsulado como el de retirada. El error del gobierno local fue pensar que una misma empresa se postularía para dirigir ambas actuaciones, lo que al final no sucedió.
Mientras en el encapsulado se sellan los elementos que contienen asbesto para evitar la liberación de sus fibras, foco de las enfermedades asociadas con este material, en la retirada se elimina la uralita contenida en elementos arquitectónicos como tuberías, galerías y bajantes.
Tropiezo subsanado
El consistorio reconoce el malestar vecinal, pero justifica el tropiezo al tratarse de un proyecto inédito en España y en que precisamente se quisieron acelerar los trámites al unificar ambas tareas. Por el contrario, ahora el ayuntamiento ha decidido separarlas en dos concursos distintos para evitar que queden desiertos.
El trabajo técnico del encapsulado se ha adjudicado hace dos semanas a una empresa externa, ACM --la misma que elaboró el mapa del amianto en Badia, fruto del trabajo de la comisión local creada en 2015--, y este proceso podría empezar antes del verano. En paralelo, se está en vías de licitar la otra actuación, la retirada, que se demorará sin embargo hasta 2024. Aunque, como promete Menor, ese año "será el de la retirada definitiva".
'Ciudad uralita'
Badia del Vallès se construyó entre finales de los 60 y principios de los 70, en plena etapa del desarrollismo implantada por la dictadura, para acoger a los emigrantes llegados de otras regiones de España en busca de oportunidades. Para levantar miles y miles de viviendas de forma barata y rápida --finalmente, fueron 5.372 hogares--, se optó por un sistema de construcción industrializado que echó mano de forma masiva de la uralita.
Como se explica en el mapa del amianto de la localidad, "este es un aspecto diferenciador clave: el 100% de los edificios privados de la ciudad se construyeron con amianto-cemento visible y no hay ningún municipio del Estado con un problema higiénico, ambiental y social similar". El asbesto se prohibió en España el 5 de junio de 2002, pero los vecinos de Badia todavía conviven con él.