Cataluña tendrá presupuestos pronto. O al menos eso es lo que se desprende después de que ERC haya dado luz verde a la moción del PSC que reclama la ejecución de la B-40 --el Cuarto Cinturón-- tras meses de reticencias. Finalmente, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha cedido ante las exigencias del líder de los socialistas, Salvador Illa, que insistía en apoyar sus condiciones si quería su voto favorable a las cuentas. Pero este movimiento de ERC podría pasarles factura de cara a las elecciones municipales del 28 de mayo. Algo que ha reconocido él mismo: "Asumo la contradicción, el coste y el desgaste político y personal que supone para mí tomar decisiones por el bien del país", ha expresado en una comparecencia desde el Palau de la Generalitat.
Ahora, la pelota está en el tejado del PSC, que deberá decidir si se conforma con que ERC haya cedido ante la B-40 o si, por el contrario, quiere seguir negociando sobre otras cuestiones como la ampliación del aeropuerto de El Prat o el Hard Rock. Temas que, en un principio, estaban superados. "Ya no hay excusas para poder superar las dificultades para tramitar la negociación de los presupuestos", ha agregado el president.
Cambio de rumbo de ERC
"Cataluña necesita presupuestos. Los necesitan las empresas, los trabajadores y el tejido productivo, la cultura, las universidades, las residencias de gente mayor, los centros de atención primaria y los hospitales, los colegios e institutos". Así ha iniciado el mandatario catalán una comparecencia en la que ha presumido de que su partido haya cedido "por responsabilidad" ante las exigencias del PSC sobre la ejecución de las obras de la B-40. Una de las cuestiones que tenía encallada la negociación de las cuentas en un contexto de crisis postpandémica y de inflación derivada de la carestía energética.
Tras más de dos meses de negociaciones intensas, este miércoles el diputado de ERC en el Parlament, Ferran Estruch, ha anunciado su voto favorable al primer punto de la propuesta del partido de la oposición que insta al Ejecutivo autonómico a “hacer efectivo, dentro del primer trimestre de 2023, con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el convenio de acuerdo y financiación que garantice la redacción del proyecto de la Ronda Nord”.
De esta manera, los republicanos han evidenciado el vuelco que ha dado su estrategia en los últimos tres meses. Y es que cabe recordar que Pere Aragonès ha pasado de vetar a los socialistas en las negociaciones para aprobar las cuentas y de priorizar a sus exsocios de Junts a pactar con ellos y tenerlos como socios prioritarios.
La pelota en el tejado del PSC
"Hoy la disyuntiva no es entre presupuesto y prórroga; es entre responder a las necesidades de la gente o paralizar el país por intereses partidistas", ha sentenciado el president, que ha trasladado toda la presión al PSC que deberá decidir si, con este movimiento, da su visto bueno al proyecto. Además, Aragonès ha aprovechado las huelgas en el sector sanitario y educativo para recordar al jefe de la oposición que "no hay más tiempo que perder" para dar soluciones a las miles de personas que esta semana están saliendo a la calle a exigir la mejora del sistema público.
Pese a todo, el republicano ha reconocido que haber cedido ante el PSC pasará factura a su partido en las elecciones municipales del 28 de mayo. Y es que el proyecto de construcción de la Ronda Norte no forma parte del modelo "sostenible" que pregona el Govern: "No es mi modelo ni tampoco lo que Cataluña necesita, pero asumimos que hay que llegar a acuerdos y ceder desde todos los ámbitos", ha expresado. Tampoco ha faltado un dardo a sus exsocios de Junts --que se borraron de la ecuación negociadora--: "Este es el precio de la centralidad, de servir a la ciudadanía y del liderazgo versus la comodidad de quedarse al margen de las decisiones que se tienen que tomar".
Para él, las soluciones de movilidad están muy alejadas de las propuestas socialistas y pasan por "más transporte público, sostenible y accesible". Un modelo que, pese a este contrapie, seguirá "defendiendo con toda la energía". Sobre todo, de cara a unos comicios municipales en los que ERC deberá explicar ante los suyos su cambio de rumbo.