Carles Puigdemont rechaza la reforma del Código Penal que ha propiciado que el juez Pablo Llarena haya tenido que renunciar a solicitar su entrega por sedición al haber sido derogado este delito por el Gobierno de Pedro Sánchez. El expresidente de la Generalitat, fugado por el procés secesionista catalán, recuerda que todavía se le puede condenar por malversación y descarta regresar a España, al considerar que su justicia "no es democrática", que se le persigue por causas "políticas", y anuncia que seguirá buscando su absolución en los tribunales europeos.

"No volveré ni esposado ni rendido ante un juez español para que sea indulgente. Lucharé para volver libre", ha manifestado el prófugo en una breve declaración en vídeo este jueves por la noche.

"Vivir en un país libre"

Puigdemont ha reaccionado así a la decisión del juez Llarena --que instruye en el Tribunal Supremo la causa del procés-- de mantener su procesamiento por desobediencia y por malversación agravada, un delito castigado con una pena de hasta 12 años de prisión.

Sin citar explícitamente a ERC y al Govern de Pere Aragonès, Puigdemont se ha mostrado muy crítico con la reforma del Código Penal pactada entre los republicanos y el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos: "Yo no avalaré con mi beneficio personal una política que pretende criminalizar el anhelo de los catalanes de vivir definitivamente en un país libre", ha dicho, dejando clara su intención de no regresar a España mientras siga siendo reclamado por la justicia.

"En España se hace política desde los tribunales"

"En España se hace política desde los tribunales y se cambian los actos judiciales a conveniencia para perseguir y penalizar el procés", ha manifestado el líder de Junts per Catalunya, apuntando que "ahora me reclamarán por un delito desestimado" cuando fue detenido en Alemania en 2018: el de malversación.

"Estamos al final del recorrido de la batalla judicial europea, y llegaré hasta el final", ha anunciado el prófugo, aún admitiendo que el resultado final de recurrir a la justicia comunitaria puede no darle los resultados que espera.

"No se trata de aceptar ser condenado por delitos supuestamente menores", ha añadido, expresando su propósito de no mantener "ninguna connivencia con la justicia de ese país", en alusión a España.

"Ningún pacto con el Gobierno"

Puigdemont no ha escatimado indirectas a sus antiguos socios de ERC, al apuntar que "se trata de no permitir ninguna condena por decisiones políticas, y esto no lo puede asegurar ningún pacto con el Gobierno español".



"Asumo el riesgo que conlleva que el resultado de la batalla europea no sea el esperado, pero el riesgo es mucho más alto si aceptamos la idea de que en octubre de 2017 hicimos una cosa diferente que cumplir democráticamente con nuestro compromiso y que esto merece algún tipo de condena", ha dicho, en alusión al referéndum ilegal de secesión y la declaración unilateral de independencia de Cataluña de octubre de 2017.