El exconsejero de Justicia, Germà Gordó, líder de Convergents, y el presidente de PDECat, David Bonvehí, ambos herederos de Convergència / CG

El exconsejero de Justicia, Germà Gordó, líder de Convergents, y el presidente de PDECat, David Bonvehí, ambos herederos de Convergència / CG

Política

Infidelidades en la nueva Convergència, otro lastre para el catalanismo

El divorcio de Gordó y PDECat torpedea el enésimo intento frustrado de reunificar el legado de CDC, con la rémora del 'caso 3%' y la crisis de Junts

30 diciembre, 2022 00:00

Nadie dijo que fuera fácil reconstruir el espacio catalanista, huérfano desde que CiU desapareció y se disgregó en mil pedazos. Desde que los convergentes renunciaron a sus siglas, han sido muchos y muy diversos los intentos de reunificar a quienes se sienten herederos de la antigua Convergència (CDC). Todos se han traducido en rotundos fracasos, ya que la única facción de CDC que ha logrado prosperar ha sido Junts per Catalunya, que optó por una deriva independentista basada en la confrontación y el desafío al Estado.

Pero su salida del Govern, unida al hartazgo de sus votantes --promesas incumplidas, procesismo eterno…--, también arroja señales hundimiento en esta formación, donde la bicefalia formada por Laura Borràs y Jordi Turull ya no se aguanta.

La irrupción de MÉSxBCN

El penúltimo episodio de ese turbulento camino hacia el nuevo catalanismo está protagonizado por el divorcio entre el PDECat y Convergents en la candidatura a la alcaldía de Barcelona. Por alguna razón que se escapa a la comprensión de algunos dirigentes soberanistas, el partido presidido por David Bonvehí decidió darle un especial protagonismo a la formación liderada por Germà Gordó, exconsejero de Justicia de la Generalitat e implicado en el caso 3%, relativo a la supuesta financiación irregular de CDC mediante el cobro de comisiones por la adjudicación de obra pública.

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Convergents sacó exactamente 383 votos en las elecciones municipales de 2019 en Barcelona. Ayer, este partido desgajado de CDC anunció que rompía negociaciones con el PDECat. El motivo es la decisión de Bonvehí de formar parte de la candidatura MÉSxBCN, junto al PNC y Centrem. Una confluencia que surge con la vista puesta en un posible apoyo a Xavier Trias, candidato de Junts por Barcelona, quien ya había explorado un acuerdo con el PDEcat para ser candidato. Ya lo es oficialmente, aunque con las siglas de su partido bien escondidas.

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Gordó no ha perdonado esa infidelidad, pues el pasado 4 de octubre había firmado un acuerdo con el PDEcat. Ese mismo mes nacía Espai CiU, el enésimo intento de resucitar las siglas con PDECat, PNC y Convergents al frente. La nueva marca es algo tramposa, pues hace tiempo que Unió asistió a su catarsis. Una parte abrazó el independentismo más ultra --Antoni Castellà, Núria de Gispert…-- como satélites de Junts, mientras que Ramon Espadaler impulsaba Units per Avançar, que mantiene una coalición en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona con PSC.

Falta de financiación

Nacía Espai CiU con vocación de presentarse a las próximas elecciones generales pero, sobre todo, de lograr financiación de un sector empresarial que, de momento, prefiere optar por caballo ganador, esto es, por otras formaciones con más posibilidades de éxito electoral. Como ya ha publicado Crónica Global, el PDECat tiene graves problemas de financiación y se ve obligado a hacer equilibrios para no entrar en concurso de acreedores. Los únicos ingresos que tiene actualmente para mantener el partido son los procedentes del grupo parlamentario en el Congreso, destinados a pagar los tres Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) presentados y deudas de proveedores.

Esa operación venía precedida de otra alianza que también se vio frustrada por un cruce de deslealtades y egos. Bonvehí y la exconsejera de Empresa, Àngels Chacón, habían negociado la creación de Centrem. Pero las exigencias del PDECat de mantener sus derechos electorales, que impedían pasar página de los problemas judiciales relacionados con el caso 3% --los jueces identifican plenamente a CDC con el PDECat--, unidos al desmarque del PNC --Pascal alegó discrepancias ideológicas, aunque otras fuentes aseguran que fue una cuestión de rivalidad por el liderazgo--, frustraron ese proyecto.