Pedro Sánchez ha aterrizado en Barcelona en medio de la tormenta generada por la reciente reforma del delito de sedición y las avanzadas negociaciones para hacer lo propio con el de malversación, en ambos casos en beneficio de los condenados por el procés y las aspiraciones independentistas. Y aunque no ha mencionado estas cuestiones de forma explícita, sí se ha referido a la toma de ”decisiones arriesgadas” en favor de la convivencia y la concordia en Cataluña.
El presidente del Gobierno ha culminado una semana complicada con un baño de masas en la Ciudad Condal, en un acto en el que ha acompañado al primer secretario del partido, Salvador Illa; y al primer teniente de alcalde de Barcelona y candidato, Jaume Collboni. Una oportunidad que ha aprovechado para enmarcar esas decisiones en el proceso de transformación que, a su juicio, ha sufrido Cataluña desde que es el inquilino de La Moncloa.
Inversiones imposibles en 2017
“Entre los problemas de la gente que tenemos que solucionar también está el de la convivencia”, ha señalado Sánchez, para añadir a continuación que “hemos rescatado a Cataluña de la crispación y, para eso, hemos tenido que tomar decisiones arriesgadas pero no hay otro camino para apostar por la concordia”.
El también secretario general del PSOE ha puesto en valor las inversiones que han llegado a Cataluña en los últimos años y ha incidido en que “no hubieran sido posibles en la Cataluña de 2017”, en referencia al año en el que la deriva del procés estalló con las llamadas leyes de desconexión, el posterior referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia de ocho segundos.
"Días aciagos" en 2017
“No quiero que en Cataluña se vuelvan a vivir los días tan aciagos que se vivieron en 2017”, ha afirmado ante un auditorio entregado, que no ha parado de recibir con aplausos el discurso del jefe del Ejecutivo.
Para el independentismo que acaparó el protagonismo precisamente de aquellos días, Sánchez ha tenido un mensaje, igualmente amable y conciliador pero directo.
Proyecto del pasado
Tras reflexionar sobre la realidad de un mundo globalizado y la pelea que sostiene Europa en bloque con actores como China, que acapara cerca de un 19% del PIB mundial, y EEUU, el presidente del Gobierno ha apuntado que “frente a esto, proyectos como el independentismo, que separan, que fragmentan, son cosa del pasado”.
“Me siento orgulloso del socialismo catalán y del socialismo español. Estamos defendiendo la convivencia y la concordia entre los españoles”, ha apuntado Sánchez, al hacer un repaso sobre las actuaciones del Ejecutivo que lidera con vistas a solucionar los problemas de los ciudadanos.
Controlar el precio de los alimentos
Como entre ellos se encuentra el de la elevada inflación, Sánchez ha aprovechado para anunciar que el Gobierno aprobará un nuevo paquete de medidas para paliar esta circunstancia en el que se incluirá “un mecanismo para controlar la evolución de los precios de los alimentos”.
El presidente del Gobierno ha enmarcado esta medida en un conjunto de actuaciones en favor de los ciudadanos en el que también ha mencionado los nuevos impuestos a las energéticas y las entidades financieras para obligarles a “arrimar el hombro en estos momentos” y hacer “que los ciudadanos paguen menos impuestos”, a pesar de no haber decretado rebaja fiscal alguna.
Intento frustrado
Desde hace tiempo, la parte de Unidas Podemos en el Gobierno ha señalado la necesidad de controlar el precio de los alimentos, hasta el punto de que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llegó a reunirse con representantes del sector y también de las distribuidoras para tratar de articular una medida. La tentativa se quedó ahí.
El anuncio ha sido de lo más aclamado del discurso de Sánchez, hasta el punto de que uno de los asistentes a la sala del Palacio de Congresos de Barcelona, donde se ha celebrado el acto del PSC, ha interrumpido segundos después al presidente del Gobierno con un grito de “¡Qué grande eres, Pedro!”.
Contra la oposición "catastrofista"
También han generado satisfacción y comentarios en voz alta las críticas vertidas por Sánchez a “la derecha y la ultraderecha”, a las que ha acusado de sembrar un clima catastrofista sobre la situación de España cuando los datos demuestran que, a su juicio, no se corresponde con la realidad.
Así, en referencia al acuerdo del pasado viernes para la construcción del gasoducto BarMar para transportar hidrógeno renovable con los gobiernos de Francia y Portugal, Sánchez ha recordado que “ese mismo día la derecha y la ultraderecha decían que España se rompe y se hunde. Lo que se rompe es el discurso catastrofista de los que no asumen que perdieron las elecciones”.
Sánchez también ha acusado a la oposición de no centrarse “en lo realmente importante, en los problemas de la gente con la inflación y la precariedad del empleo. En lugar de eso, dicen que vamos camino de una dictadura: por favor, las inocentadas, para el 28 de diciembre”.