El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha asegurado que no le preocupa lo que se dirá de él una vez fallezca, pero que sí le inquieta “que su legado se preserve y se sepa aprovechar”.
Lo hizo el pasado 12 noviembre en Manresa (Barcelona), durante un acto en honor al neuropsiquiatra Carles Llussà, quien murió el pasado mes de abril y estuvo vinculado a Pujol en la fundación y los primeros años de Convergencia Democrática de Cataluña. Así lo ha informado este martes la Asociación Serviol, creada por el propio expresidente y organizadora del acto.
Primera aparición pública tras el ictus
Se trató de la primera aparición pública del expolítico tras el ictus que sufrió en el mes de septiembre, al que también hizo referencia. Pujol declaró que se siente estropeado (atrotinat) y añadió: “Cuando yo estaba en forma, incluso en media forma, tenía suficiente con escribirme unas notas, unos guiones o unas líneas, y dejar que mi mente se pusiese a hablar y hablar. A veces pienso que he hablado demasiado”.
En este momento de su vida, el responsable del caso Pujol, junto a su mujer Marta Ferrussola y sus hijos, expresó que lo único que le inquieta es si la tarea que afirma que llevó a cabo tendrá continuidad o no.