El nuevo conseller de Investigación y Universidades de la Generalitat e histórico ex dirigente socialista PSC, Joaquim Nadal, considera que "el procés desde 21017 ha provocado más retrocesos que avances" y que el actual gobierno de ERC del que forma parte es, pese a estar en minoría en el Parlament, "sólido hasta que se demuestre lo contrario".



En una entrevista en La Vanguardia, Nadal, que fue consejero de Política Territorial durante el gobierno tripartito y fue portavoz del PSC hasta 2012, revela que aceptó el cargo de asumir la cartera de Investigación y Universidades pero que no hubiera aceptado dirigir el departamento de Territorio: "Es una contribución sin ningún cálculo personal", dice.



"Soy un socialdemócrata sin partido que se ha puesto a disposición de ERC para hacer gobernable Cataluña", argumenta Nadal, que admite que "no hay nada que me impida suscribirme al programa de Govern" de los republicanos independentistas.

"Paso a paso"

"Es evidente que en las cuestiones como el conflicto con España se deberá ver cómo se materializa la solución, cómo cristaliza la mesa de diálogo y qué avances se producen. El horizonte que plantea ERC es el de la amnistía y la autodeterminación y he aceptado trabajar en esa dirección, pero paso a paso, ley a ley, propuesta a propuesta, intentando poner orden, sensatez y tranquilidad", resume Nadal.



"Vengo de un gobierno que calificaban de Dragon Khan, pero en comparación con el Govern en coalición con Junts eran caballitos de feria", aduce el ex dirigente socialista.



Según Nadal, "la gente sabe que no soy independentista de ideología, pero tengo claro que Cataluña es una nación que debe tener reconocidos sus derechos y debe haber una consulta para aclara cómo Cataluña quiere orientar su futuro".



"Es evidente -subraya- que en el propio recorrido del procés desde el 2017 hasta ahora ha habido más retrocesos que avances". El nuevo conseller también afirma que "en términos reales, hoy, en el 2022, Cataluña está peor que cuando era una comunidad autónoma muy respetada y temida y que definía un horizonte competencial basado primero en un Estatut y después en otro: el salto del pujolismo con el Estatut de 1979 al maragallismo del Estatut del 2006".