Fusionar consejerías y poner a responsables leales al frente de estas grandes áreas de actuación. Esta es la hoja de ruta inicial en la que trabaja el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para la nueva etapa política que se abre en Cataluña tras la decisión de la militancia de Junts de romper el gobierno de coalición.
Se da por sentado que los ámbitos que son más lógicos que se agrupen son Educación y Universidades; Interior y Justicia o Igualdad y Derechos Sociales, que reducirían las vacantes que dejarán los consejeros de Junts que opten por marcharse del Consell Executiu, ya que ERC les ha dejado la puerta abierta a permanecer si son leales con su estrategia política.
Fichaje de independientes
El líder de los republicanos plantea de esta forma que independientes (que salgan de las filas de Junts o que vengan de otros ámbitos de la sociedad civil) se sumen al Ejecutivo con el que intentará pilotar la Generalitat hasta como mínimo las próximas elecciones municipales, previstas para finales de mayo de 2023.
Se estima que estos siete meses son tiempo suficiente para erosionar a los neoconvergentes, que ni siquiera serán los jefes de la oposición (esta figura la ocupa el PSC). Además, las urnas podrán medir la influencia real de los partidos independentistas, según apunta fuentes cercanas a Aragonès.
Reunión en Palau
El presidente catalán ha sido uno de los primeros en conocer el resultado de la consulta interna de Junts per Catalunya. El secretario general del hasta ahora partido de coalición, Jordi Turull, se ha puesto en contacto con el líder republicano para anunciarle que se abre una nueva etapa en la comunidad, hecho que ha provocado movimientos en el Palau de la Generalitat.
Aragonès ha convocado de forma inmediata a su equipo de confianza para fijar los pasos que deberá dar la formación. En los últimos días esta guardia pretoriana del político de Pineda ya había dejado claro que se intentará evitar ir de forma inmediata a las elecciones catalanas. Alegan básicamente que el contexto económico internacional y las previsiones de que la situación irá a peor en el último trimestre del año les impiden tomar de entrada una decisión que propicie mayor inestabilidad.