El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha llamado hoy a recuperar la "alianza" que según él "hizo posible" el referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre de 2017 en plena crisis en el Govern. En el quinto aniversario del 1-O, el president ha enviado un claro mensaje entre líneas relativo a la actual crisis del Ejecutivo regional entre Junts y ERC, apelando al mundo nacionalista a "trabajar en positivo".
Lo ha dicho el jefe del gobierno autonómico en un mensaje oficial para conmemorar la consulta ilícita celebrada cinco años atrás. En su alocución, Aragonès ha tendido la mano a todo el independentismo, pero especialmente a Junts, partido con el cual ERC gobierna la región y a cuyo vicepresidente Jordi Puigneró expulsó la semana pasada tras recibir presiones sobre el supuesto escaso compromiso del bipartito con la independencia. En relación a ello, el president ha pedido a todos los actores de la galaxia nacionalista "encontrarse de nuevo".
"Alianza inquebrantable"
Según él, esta unidad secesionista entre "instituciones, sociedad civil y ciudadanos" fue "inquebrantable" y permitió "armar" el referéndum ilícito cinco años atrás. Ello fue posible, ha dicho, por la "confianza y complicidad" entre actores, algo que un lustro después se ha deteriorado sobremanera, como consigna la riña actual entre los dos socios de Govern, un cisma aún no superado y que marca el aniversario de hoy.
Según el también dirigente y diputado de ERC, esta nueva alianza independentista debe formarse desde "el orgullo y el consenso". Se impone, ha insistido, "trabajar en positivo" para conseguir que Cataluña "decida libremente su futuro".
"Acuerdo de claridad"
Precisamente y en referencia a un eventual nuevo referéndum de secesión, Aragonès ha insistido en una idea que lanzó la semana pasada durante el debate de política general en el Parlament: una suerte de "acuerdo de claridad". Esta entente entre autoridades autonómicas, nacionales e internacionales permitiría, según él, celebrar una nueva consulta sobre la separación, aunque esta vez pactada y "acompañada de la comunidad internacional".
Por si quedara alguna duda, el presidente catalán ha planteado "ejercer de nuevo el derecho a decidir", aunque esta vez "reconocido por todas las partes". Se trataría, ha enfatizado, de que "Cataluña sepa dónde y cuándo votar". El llamado "derecho al voto" se repetiría bajo la premisa del Ho tornarem a fer (lo volveremos a hacer en catalán), ha aventurado, uno de los lemas del independentismo tras el 1-O.
Pendientes de una crisis
Sea como fuere, el mensaje del jefe del Ejecutivo autonómico ha quedado marcado por la crisis que aqueja el Govern en estos momentos. El bipartito regional se situó al borde de la ruptura la semana pasada cuando el president tomó la decisión de parar las presiones de Junts sobre políticas que aceleren una supuesta independencia, y acabó destituyendo a su vicepresidente, Jordi Puigneró, de los neoconvergentes.
Tras una semana de mensajes cruzados y reuniones sin éxito, la formación que pilotan Jordi Turull y Laura Borràs le propuso ayer restituir al cesado. Presidencia se negó al considerar que ello no arreglaría la crisis de confianza en ambas partes. Y así se ha llegado al quinto aniversario del 1-O, en pleno desgarro del Ejecutivo regional.