Este medio avanzó que los neonazis surgidos durante la pandemia en España se encaminaban a la disolución, pero hay más. La cúpula del movimiento extremista patrio se ha roto en dos facciones irreconciliables, que terminarán con la ultra Isabel Peralta por un lado y el grupo dirigido por Rodrigo Miguélez por el otro. ¿La causa? La deriva vandálica de los radicales.
Es lo que explica el entorno de una de las jóvenes más polémicas de España tras haber pronunciado un discurso antisemita en el Cementerio de la Almudena de Madrid en febrero de 2021 --y que luego fue expulsada de Alemania--, que subrayan la ruptura de la que fue la pareja política más conocida del mundo del odio nacional. Peralta y Rodríguez han roto políticamente por la deriva hooligan del último, y han dejado al irrendentismo español, de nuevo, descabezado. La versión ha sido confirmada por el entorno de ella, sin aportar más datos.
Detenciones en Madrid
El desgarro político significa que se sella la suerte de la extrema derecha nacida al calor de la pandemia del coronavirus. "Recogió parte del malestar de las restricciones por la crisis sanitaria y surfeó la crisis de la frontera con Marruecos, pero cometieron errores garrafales que la han condenado", explican fuentes cercanas a Peralta.
Esas meteduras de pata serían, entre otras, una ronda de detenciones por una fiesta en Madrid que vulneró las restricciones contra el virus, y que terminó con arrestos e incautación de machetes y armas, como avanzó El Español. Dos de los detenidos, que se enfrentaron a agentes de la Policía Nacional, fueron Peralta y Miguélez. "El capital político que se había atesorado por el coronavirus y Marruecos se destruyó por el genio incontrolable de Rodrigo", lamentan las voces consultadas.
"Diferencias irreconciliables"
O también la puesta en custodia del propio Miguélez por la presunta agresión a un hincha radical catalán después de un concierto ultra en Valencia en enero de este mismo año. El joven está acusado de causar presuntas lesiones graves a la víctima, que es del entorno de los desaparecidos Hooligans Vallès del Centre d'Esports Sabadell, conjunto que juega en Primera RFEF.
Esa paliza, que como avanzó este medio se relacionó con el fútbol, fue la última espita en la crisis en el neonazismo español. El sector más ideológico, entre el que se encuentra Peralta, ha roto con los partidarios de la acción vandálica, cuyo rostro más conocido es el joven.
Naufragio en Cataluña
Quizá por esa querencia por la violencia, Bastión Frontal, el mascarón de proa de los ultras patrios, se hundió en Cataluña, pese a que prometía constituirse en la región después del verano, como explicó este medio. La policía, siempre atenta a los extremismos, consiguió infiltrar a su servicios de inteligencia en la asociación radical y frustró su desembarco.
La presencia de ese topo y diferencias ideológicas con los neonazis independentistas de MIC --los que protagonizaron una batalla campal en el Fossar de les Moreres de Barcelona en septiembre de 2021, o que amenazaron a la Pizzeria Marinella de la Ciudad Condal porque su dueña atendía en castellano-- hundieron a la plataforma ultramontana. El divorcio político entre Peralta y Miguélez es la última plasmación de ello.
"Disolución"
Desde el entorno de Peralta han corroborado el alejamiento. Otras fuentes del sector de seguridad han avanzado que los ultras catalanes preparan una nueva facción que pacificaría la histórica riña entre los hinchas del FC Barcelona y del RCD Espanyol. Quieren presentarla antes del próximo Día de la Hispanidad, indican estas voces policiales.
Eso sí, en la autonomía catalana no lo tendrán fácil, como demuestra el hecho de que la Policía Nacional descabezó a la nueva cúpula de los Boixos Nois en una operación centrada en el Vallès Occidental en otoño de 2021. Mientras se dilucida si hay nuevo recambio en el neonazismo español, Bastión Frontal "no tiene más salida que la disolución", apostillan los expertos, algo cotejado y confirmado por el entorno de Isabel Peralta.