Una alto cargo de Barcelona en Comú echó a la Guardia Urbana de las Fiestas de Sants
Aida Guillén, gerente del distrito, ahuyentó a cinco policías de la UREP de la fiesta 'alternativa'; CSIF exige "responsabilidades políticas"
30 agosto, 2022 00:00Nuevo choque entre el gobierno municipal de Ada Colau y la Guardia Urbana de Barcelona. Una alto cargo de Barcelona en Comú, partido de la alcaldesa, trató de ahuyentar a agentes policiales de las Fiestas de Sants, tal y como relatan los afectados. Aida Guillén, gerente del distrito, aseguró a cinco efectivos de la UREP, los antidisturbios locales, que "se había pactado que no estuvieran" junto a la fiesta antisistema y les apremió a que se marchasen del lugar.
Así lo denuncian fuentes policiales. Acotan el incidente al choque entre la responsable política de los comunes y los funcionarios que estaban en el lugar. Ocurrió, sostienen, en el Parque de la Espanya Industrial el sábado por la tarde, en plenas fiestas del barrio. Cinco agentes de la Unidad de Refuerzo a las Emergencias y la Proximidad (UREP) realizaban labores de patrullaje dinámico cuando entraron en la zona verde. Tras ello se les recordó que no debían estar en el lugar.
A preguntas de este medio, un portavoz del consistorio ha instado a comentar cualquier cuestión de esta índole con Mossos d'Esquadra.
"Se ha pactado que no estéis aquí"
Según las fuentes policiales consultadas, el quinteto de efectivos se topó con la gerente del distrito, encargada de coordinar la festividad local. Guillén les habría interceptado, se identificó con su cargo político y les preguntó "si habían sido requeridos" en el lugar. Los policías, cuatro agentes y un cabo, informaron de que patrullaban de forma dinámica para prevenir delitos y fue a continuación donde tuvo lugar el incidente.
La alto cargo local argumentó que "había acordado con el intendente de distrito" que no hubiera presencia policial en el parque, por lo que los efectivos de la UREP tenían que irse.
Acusaciones de "no sois bienvenidos"
Los agentes señalan que en el transcurso de la conversación alguien les dijo que "no eran bienvenidos" en el Parque de la Espanya Industrial. Otras fuentes policiales atribuyen la sentencia a la propia Guillén.
Todo ello ocurrió mientras en la zona se celebraba la Fiesta Mayor Alternativa (FMA) de Sants, que reúne a los colectivos independentistas, okupas y antisistema del barrio. Cabe recordar que fue en esta parte de Barcelona donde tuvieron lugar varios días consecutivos de altercados en 2014 durante el desalojo de CSA Can Vies, la mayor casa okupa del lugar.
CSIF exige "responsabilidades políticas"
Eugenio Zambrano, portavoz de Administración Pública de CSIF, ha exigido "responsabilidades políticas" por lo que ve como "una gravísima desautorización" del gobierno municipal a la Guardia Urbana. Zambrano ha señalado que "la policía no provoca en ningún lado; está en todos los sitios que puede para prevenir hechos delictivos".
El también policía ha recordado que los efectivos policiales de la UREP "se encontraban en Sants en labores de prevención de tráfico de drogas, consumo de estupefacientes, agresiones machistas o pinchazos a mujeres, entre muchos otros posibles delitos". "No es de recibo que un cargo político dé ordenes a los agentes de policía, es intolerable y una desautorización a una policía con los ánimos muy bajos", sentencia el sindicalista.
BComú quería a los antidisturbios fuera
El choque entre una cargo de BComú y la Guardia Urbana de Barcelona reabre el debate sobre la relación del Ejecutivo local con el cuerpo de seguridad, que forman más de 3.000 hombres y mujeres. Cabe recordar que el partido de Ada Colau se comprometió a "disolver" la Unidad de Apoyo Policial (USP, por sus siglas en catalán), los antidisturbios, cuando llegó a la alcaldía de 2015. Lo decía en la página 48 de su programa electoral [consultar aquí].
Al final de su su primer mandato, el gobierno local disolvió por decreto la USP pero al mismo tiempo creó la UREP, que es testigo de la misma con funciones ampliadas. Lo principal es que retiene las labores de orden público, como la anterior. Esa decisión coronó un mandato en el que la parte sindical había pedido más apoyo de la alcaldesa ante el deterioro de la seguridad pública en Barcelona. De hecho, el crimen y el incivismo, aún son la mayor preocupación de los ciudadanos desde hace varios años. Así lo atestigua el Barómetro municipal, el termómetro sobre la visión de los barceloneses de su ciudad, de forma recurrente.