El expresidente de Angola José Eduardo dos Santos, de 79 años, ha fallecido este viernes en la clínica Teknon de Barcelona, donde ingresó en estado grave hace dos semanas, cuando cayó por las escaleras de su casa de Pedralbes. En sus últimos días, cargados de polémica por un supuesto complot para acabar con su vida, le ha acompañado un equipo de seguridad y protocolo, que le ha asistido las 24 horas, desde la sala de espera de la uci, según publicó este medio.
En un comunicado, el Ejecutivo de la República de Angola ha anunciado, con “gran dolor y consternación”, el fallecimiento de Dos Santos a las 11.10 hora española tras “una enfermedad prolongada”. A renglón seguido, lo ha calificado de “estadista de gran dimensión histórica, que gobernó durante muchos años con claridad y humanismo los destinos de la nación angoleña, en momentos muy difíciles”.
Posible cáncer
Tras perder el poder, Dos Santos ya estuvo dos años en la capital catalana (2019-21) sin explicación oficial. Y no era la primera vez que visitaba la ciudad. Medios portugueses llegaron a asegurar que padecía cáncer, aunque las voces oficiales siempre lo negaron. Sin embargo, su salud se había deteriorado mucho en los últimos meses, con una pérdida de peso de hasta 30 kilos, según su hija Tchizé dos Santos.
Fue ella, de hecho, quien denunció hace unos días un posible complot del actual Gobierno del país africano para matar a su padre ante el temor de que este diese apoyo a la oposición en las elecciones prevista para el 24 de agosto. En concreto, señaló directamente al médico puesto por la presidencia de Angola para cuidar de su padre en los últimos tiempos, Joao Alfonso, a quien acusó de deteriorar “aposta” la salud de José Eduardo dos Santos. Mossos abrió una investigación.
Más polémica: el lugar del entierro
La hija añadió que tras la caída de su padre por las escaleras –se movía en silla de ruedas— se tardaron 20 minutos en llamar a los servicios de emergencias. Y aseguró que, aparte del médico, la segunda mujer del expresidente, Ana Paula, podría formar parte del plan para acabar con su vida. El Gobierno angoleño zanja el asunto, por ahora, asegurando que ha fallecido a causa de una larga enfermedad.
Tras su muerte, se abre una nueva polémica. La familia asegura que su deseo era que lo enterrasen en Barcelona, y teme que lo trasladen a Angola para celebrar un funeral de Estado del que pueda sacar rédito el actual presidente, Joao Lourenço –que fue su hombre de confianza, pero con quien terminó la relación al iniciar una investigación sobre las acusaciones de corrupción que pesaban contra su predecesor—. La abogada de los Dos Santos, de hecho, ya está realizando trámites para evitar la repatriación del cadáver, mientras Tchizé quiere que se le realice la autopsia antes de entregar el cuerpo. Dos Santos estuvo 38 años en el poder.