El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este lunes ante el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el diálogo "por muy elevadas y duras que sean las crisis". Una llamada al entendimiento que llega antes de la nueva reunión que mantendrán en las próximas semanas ambos dignatarios tras las tensiones vividas por el caso Pegasus.
En el marco de la cena de gala de los Premios Pymes de Pimec, celebrada este lunes en el Camp Nou, el presidente del Ejecutivo ha tendido la mano a su homólogo: "Soy un firme creyente del diálogo. A lo largo de estos años hemos articulado herramientas, instrumentos y espacios para materializar ese diálogo", ha destacado.
Sin declaraciones sobre Melilla
De esta forma, el dirigente ha recogido el guante de Aragonès, quien ha centrado su discurso en la agenda económica y ha aparcado la retórica procesista en su intervención en el evento.
Sin embargo, Sánchez no ha respondido a las peticiones del president ni tampoco de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que le han exigido una investigación a fondo sobre la tragedia de las muertes en la valla de Melilla.
Tono conciliador
Por contra, el presidente del Gobierno ha apelado con sus palabras a la unidad del proyecto europeo. Parangonándose en este espíritu, ha asegurado que "frente a tanta incertidumbre debemos tener muchas certezas y fortalecer nuestro proyecto común que no es otro que la Unión Europea".
El discurso de Sánchez, pronunciadas en vísperas de la cumbre de la OTAN en Madrid, han marcado una breve intervención en que Sánchez ha adoptado un tono conciliador ante la gravedad de la coyuntura económica. Tras sus palabras, Sánchez ha abandonado la cena de gala y Aragonès le ha acompañado a su salida. Antes ambos dirigentes habían podido intercambiar unas palabras mientras esperaban que la lluvia permitiera dar comienzo al acto de Pimec.