El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha abierto la puerta a endurecer la ordenanza de civismo. Ha anunciado que plantea subir la multa de 100 a 1.000 euros a las personas que consuman alcohol en la calle para lograr que entiendan que son "prácticas incompatibles con la convivencia" en la ciudad.
"En lo que llevamos de año, hemos puesto más sanciones que en todo el 2019", ha manifestado el socialista en una entrevista en Cafè d'idees de Ràdio 4 y La2.
Aumentan las sanciones
Los datos son preocupantes, asegura, por lo que un incremento del importe de las sanciones puede ser una buena salida para que "la gente se tome en serio" las normas. "Se debe actuar con autoridad y con determinación", ha añadido, para hacer frente a los problemas de convivencia en la capital catalana que cesaron tras el confinamiento y que han vuelto con fuerza.
Además, asegura que no se trata de un conflicto entre sectores, sino una cuestión de civismo. "El vecino es alguien que duerme en su casa y tiene derecho a que se respete su descanso". Por todo ello, considera que es el ayuntamiento quien "debe velar" por que eso se cumpla.
La noche de Sant Joan
Por otro lado, el primer teniente de alcalde ha avanzado que las playas de la ciudad se desalojarán a las cinco de la madrugada en la que se conoce como la noche más corta del año. Otra medida que busca que la celebración sea respetuosa con el descanso de los vecinos de los barrios marítimos de Barcelona.
El consistorio prevé que unas 60.000 personas celebren la verbena en las playas de la Ciudad Condal. "Quiero hacer un llamamiento a la responsabilidad. Es la noche del año que tenemos más gente en la calle", ha apuntado. El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, dará el próximo lunes más detalles sobre el operativo conjunto del ayuntamiento con los Mossos d'Esquadra para la revetlla.