Ciudadanos (Cs) ha elegido por unanimidad a Luz Guilarte como candidata del partido en las elecciones municipales de Barcelona del 2023. La formación naranja promete con ella un proyecto “muy valiente” y la presenta como “antídoto” a la alcaldesa actual, Ada Colau –que repetirá como cabeza de lista de los comunes—, a la que califica como “heroína de los okupas y los antisistema”.

Guilarte y el líder del partido en Cataluña, Carlos Carrizosa, han comparecido este jueves en la plaza Sant Jaume para anunciar la elección, que el comité de dirección ha decidido por unanimidad. El diputado del Parlament ha declarado que la candidata cuenta con el “consenso y apoyo” de todo Cs.

"Alternativa al 'colauismo'"

La candidata –actual líder del partido en el consistorio— ha erigido su proyecto como “la verdadera alternativa al colauismo”, y ha asegurado que su grupo es coherente, de proximidad y de soluciones. No ha concretado si contará con los concejales Paco Sierra y Celestino Corbacho en esta aventura, pero sí ha descartado cualquier coalición con Valents.

Por su parte, Carrizosa ha ensalzado el trabajo de Guilarte en el Ayuntamiento de Barcelona. Y ha destacado, entre otros, que “tuvo que tomar una primera decisión difícil, que fue la ruptura de parte del grupo municipal de Cs por la decisión unilateral que tomó [Manuel] Valls de apoyar a Colau”. En este punto, ha destacado que la alcaldesa es “la heroína de los okupas y los antisistema”, mientras “Luz es la líder que trabaja, de la gente de Barcelona que crea riqueza”.

"Desurbanismo táctico"

En esta línea, ha apuntado que Colau “no es una persona que tenga un currículum profesional” y su trayectoria es desconocida “más allá del activismo”, a diferencia de la candidata naranja.

Por último, ha vaticinado que las elecciones del 2023 can a ser “a cara de perro, porque van a ser un Colau sí o un Colau no”. “El único consenso que han levantado Colau y sus socios es precisamente el rechazo a su modelo de desestructurar Barcelona”, ha terminado Guilarte, quien ha criticado el “desurbanismo táctico y el sectarismo” implantado por el actual equipo de gobierno.