El Servei Català de Trànsit (SCT) ha activa un plan de choque específico para la AP-7. El objetivo es reducir la siniestralidad en la carretera, en la que se pondrán más controles para reducir la velocidad y habrá más radares móviles.
La AP-7 es una de las vías que desde la Consejería de Interior ven como un punto rojo por el número de accidentes de tráfico. Por ello, tanto Trànsit como la División de Tráfico de los Mossos d’Esquadra han activado un dispositivo especial para la Segunda Pascua, cuando se espera que salgan unos 480.000 vehículos desde el área metropolitana de Barcelona.
Aumento de víctimas mortales
El conseller Joan Ignasi Elena, en un comunicado, ha apuntado que lo que más preocupa es el aumento de víctimas mortales en accidente de tráfico en esta vía. De hecho, desde principios de año han fallecido un total de 13 personas.
Este número representa el 20% de la mortalidad de este 2022 en las carreteras catalanas. “Estamos en el mismo volumen de víctimas que en 2019 y tenemos que reaccionar”, ha aseverado Elena, que también ha avanzado que estas medidas se intensificarán los próximos meses.
Medidas y siniestros en mayo
En resumen, Interior colocará controles para reducir la velocidad de la conducción y pedirá al Gobierno que en la AP-7 se imponga el máximo de circulación a los 110 kilómetros por hora. También ubicarán controles estáticos y dinámicos a lo largo de la carretera, junto a dispositivos integrales en vehículos de transporte para detectar conducción bajo los efectos del alcohol o drogas.
La inspección aérea será otra de las medidas que se verá intensificada en esta vía catalana a partir de la Segunda Pascua. Elena ha recordado que durante este mayo se han registrado 16 muertos en las carreteras de la comunidad y 60 heridos graves, de los cuales 22 accidentes se han producido en la AP-7.