La alcaldesa de Barcelona Ada Colau (Barcelona en Comú) ha asegurado que si pierde las elecciones de 2023, no pasará a la oposición. “Sólo me planteo ser alcaldesa”, ha sentenciado en una entrevista en Cafè d'Idees, el programa de La2 y Ràdio 4. Mantiene que su intención no es la de "eternizarse en la política institucional” pero que el contexto actua propiciaba presentarse a un tercer mandato.
Ha dejado claro que 2023 será el último año en que lidere la lista de los comunes de las elecciones de Barcelona. Cabe recordar que el código interno de su partido limita a dos mandatos en un mismo cargo la carrera política de uno de sus miembros, aunque las bases de la formación dieron el visto bueno a su líder para saltarse la norma y concurrir a otro extraordinario.
Impacto de la pandemia
En cuanto a la pregunta de si no le parece excesivo mantener durante 12 años la vara de mando local, Colau ha recurrido al impacto de la pandemia sobre la gestión. “Con lo que cuesta hacer los proyectos, licitarlos, hacer los concursos públicos… Se necesita tiempo, dos mandatos son lo mínimo como para ver transformaciones”, ha asegurado. Justifica que el Covid y la "convulsión política" a la que ha tenido que hacer frente en este segundo mandato han minado su capacidad real de ejecutar el programa político que defiende.
Asegura que está dispuesta a pactar con la izquierda, como hizo en las anteriores con el PSC. "El pacto de Barcelona ha funcionado razonablemente bien, aunque tengamos algunas diferencias", ha manifestado respecto a su coalición con los socialistas de Jaume Collboni.
La entrevista con la alcaldesa ha tenido lugar pocas horas después de la publicación de la primera encuesta de Metrópoli Abierta y Electomanía sobre las municipales de Barcelona. El primer sondeo muestra que ERC ganaría las elecciones municipales del año que viene en Barcelona, por delante de un PSC al alza y de unos comunes que bajan ligeramente en intención de voto respecto a los comicios de 2019.
Espionaje de 'Pegasus'
También en clave electoral, Colau se ha defendido del ataque que Gabriel Rufián (ERC) había lanzado en el mismo plató de Cafè d’idees poco antes. Ha recriminado al aún diputado, y parece ser que próximo alcaldable republicano en Santa Coloma de Gramenet, que se suba al carro de las tesis de Ernest Maragall, que aseguró ante los medios que la alcaldesa estaba al tanto del espionaje del CNI a los independentistas. “Eso son fake news”, ha denunciado.
“Me sabe mal que sigan repitiendo falsedades”, ha expresado visiblemente molesta la también líder de los comunes, que ha lamentado que un político con décadas de experiencia como Maragall hubiera lanzado esta afirmación “sin ninguna prueba”. Cabe recordar que el ahora político republicano matizó sus primeras palabras. “Ahora Rufían se suma y reabre el tema. Creo que se equivoca. En vez de hablar del modelo de ciudad que queremos sale con que yo tengo relaciones con el CNI, eso no tiene ni pies ni cabeza”, ha asegurado la líder de los comunes, que denuncia que se trata de una estrategia de la oposición para manchar una precampaña electoral que ya está en march.
Guerra a los cruceros
Con respecto al modelo de ciudad que plantea, Colau se ha mostrado satisfecha con la reactivación del turismo pero ha insistido en que no apostarán por un modelo “depredador”. En este sentido, ha confirmado que desde el consistorio iniciarán conversaciones con el puerto de Barcelona y el Estado para intentar reducir el número de cruceros que atracan en la Ciudad Condal. Solo en mayo han atracado 125 barcos de este perfil en la ciudad.
Insiste en que no solo generan un problema de contaminación sino también de sostenibilidad y de masificación. El retorno económico, dice, "es relativo", puesto que los cruceristas solo pasan una media de cuatro horas en la ciudad y se concentran en zonas muy concretas del centro.
Peaje para entrar a Barcelona
Además, se ha mostrado abierta a estudiar la propuesta presentada por la ciudadanía y por las entidades ecologistas de introducir un peaje urbano para acceder a Barcelona, aunque no ha precisado la cuantía. Del millón y medio de coches que circulan por la ciudad a diario, la alcaldesa insiste en que la mitad proceden de fuera de Barcelona. “Que vengan de forma sostenible, en coche compartido o transporte público”.
A pesar de los problemas de tráfico del municipio --como en el caso del túnel de Glòries-- la alcaldesa se mantiene firme en la decisión reducir el número de carriles destinados para los turismos y sustituirlos por vías alternativas como carriles bici. "Desde la remodelación del túnel, los autobueses del Maresme ahora llegan más rápido. Merece la pena venir en transporte público", ha zanjado.