El primer secretario del PSC y jefe de la oposición en Cataluña, Salvador Illa, ha cerrado la puerta a las exigencias de JxCat para actualizar la ley de política lingüística de 1998. Los socialistas rechazan los cambios que los neoconvergentes pactaron con ERC sobre el acuerdo que los tres partidos y En Comú Podem presentaron a finales de marzo y que, en el fondo, implicaba recuperar el plan del exconsejero Josep Bargalló (ERC) para flexibilizar la inmersión.
JxCat incluso presentó ante los medios este gran pacto en el Parlament que implicaba blindar el catalán como idioma vehicular en las aulas, pero garantizaba que los alumnos tengan un perfecto dominio oral y escrito del catalán y del castellano al final de la enseñanza obligatoria. Todo ello, mediante la presencia adecuada de ambas lenguas en los currículums y proyectos escolares de cada centro según las necesidades específicas del entorno. En los que el catalán es la lengua de dominio, se reforzaba el castellano, y viceversa.
Presiones del independentismo radical
Con todo, el partido que liderarán Laura Borràs y Jordi Turull se desmarcó del documento pocos minutos después de que se divulgara por la presión del independentismo más radical. Los grupos que exigen el monolingüismo en las aulas catalanas y que, tal y como se demostró, tienen gran influencia en la formación neoconvergente como Plataforma per la Llengüa.
Reformular la normativa de 1998 también implicaba sortear la ejecución de la sentencia del 25%, ya que evitaba una colisión directa con ella pero se garantizaba que se impartirían clases en las dos lenguas oficiales hasta su pleno dominio. Que Junts se desmarcase del pacto a cuatro partidos imposibilitaba esta alternativa.
Desgaste de Junts a ERC
De entrada, la formación intentó desgastar a su socio en el Govern y exigió que el consejero de Educación, Josep González Cambray (ERC), asumiera en primera persona la gestión de los currículums y proyectos escolares de todas las escuelas e institutos de Cataluña para evitar que las direcciones de los centros asumieran las consecuencias de desobedecer a los tribunales y no aplicar la sentencia del 25%. Más tarde, presentó una nueva propuesta para actualizar la ley de política lingüística que ERC aceptó.
Illa recibió este último documento, del que se han filtrado muy pocos detalles, a última hora del miércoles. No han pasado ni 24 horas para que los socialistas hayan dado un NO rotundo a la fórmula de los independentista que, de nuevo, no tiene en cuenta la realidad lingüística del territorio. “El catalán debe ser la lengua central, el centro de gravedad de la enseñanza en Cataluña", ha manifestado en declaraciones a los medios en una visita en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), sin que eso quiera decir "ir contra del castellano" o dejar de "cumplir las resoluciones judiciales".
Los socialistas han recalcado que “ya llegamos a un acuerdo, aquí nos mantenemos y nos mantendremos”. La pelota está, de este modo, en el tejado de ERC. Si avala el plan de Bargalló implicará romper con sus socios de la legislatura y con el mantra de la mayoría independentista del Parlament, ya que implicaría mostrar otra mayoría de fuerzas posible, una especia de reedición del tripartito.