El 50 aniversario tardío de la Fira de Sant Isidre de Viladecans ha devuelto a la ciudad metropolitana a un ambiente prepandemia. Tanto es así que el alcalde del municipio, Carles Ruiz (PSC), ha inaugurado este gran evento dedicado a los agricultores, entidades y comerciantes junto a la ministra de Transportes y Agenda Urbana, Raquel Sánchez (PSC). El edil ha recriminado la falta de inversiones que, en muchos casos, quedan en nada, mientras adelantaba un plan piloto para el delta como “propuesta de salida para el futuro del territorio”.
“Todo el mundo habla de nuestro territorio --en referencia al sur del área metropolitana--, pero cuando se acaba el tema todo queda igual”, ha explicado el dirigente socialista. Sin embargo, la lógica ha imperado en sus siguientes declaraciones en las que, junto a la ministra, ha puesto como ejemplo la ampliación fallida del aeropuerto en la que Sánchez dio el “no” definitivo. “Todos venían a hacerse fotos --en referencia a la propuesta de alargar las pistas de El Prat--, pero ahora han desaparecido”, ha sentenciado Ruiz.
El principio de “un cambio importante”
El edil, que además de liderar la ciudad donde se han asentado empresas como Unilever y Vueling es el presidente del área de Recursos Humanos, Hacienda y Servicios de la Diputación de Barcelona; ha puesto como ejemplo la Fira de Sant Isidre. Ruiz ha explicado que este evento, que ya supera el medio siglo de vida, sirve para mostrar y hacer de la agricultura un “espacio competitivo” que cree “puestos de trabajo”.
Por ello, en los próximos días se presentará un hub de innovación agroalimentaria en el Parc Agrari del Baix Llobregat, que viene impulsado por el alcalde de Viladecans, la de Gavà, Gemma Badia, y la de Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret. Este “cambio importante” del que hablaba Ruiz, y que ha avanzado en la inauguración ferial, tiene mucho que ver con la Agròpolis viladecanense, centro de investigación de la Universitat Politècnica de Cataluña (UPC). El objetivo, a priori, será la creación de sinergias para que los campos del sur barcelonés no queden anclados en el imaginario romántico de principios del siglo XX.
El futuro de la agricultura
Aunque Viladecans se ha convertido en los últimos años en una ciudad que ha ido sustituyendo los campos por la industria y los servicios --hecho que la ha valido ser la segunda metrópolis con menos desigualdad de España--, mantiene su pasado agrícola. “Tiene mucho futuro, solo tenemos la obligación de hacerlo competitivo”, ha aseverado el edil socialista respecto a las extensas plantaciones del delta del Llobregat.
La Fira de Sant Isidre de este 2022, con una gran afluencia nada más abrir sus puertas, demuestra que este proyecto agrario es una necesidad alimentaria de primer nivel para urbes como la capital catalana. Pero sirve, también, de escaparate para toda la ciudad, con espacios gastronómicos, mercados agrícolas, con venta de productos variados, comercios locales, actividades para todas las edades… Y desfiles de moda inclusivos, con la participación de asociaciones de personas con discapacidad como Asdivi.
Esta es la foto en la que Ruiz ha hecho hincapié junto a la ministra de Agenda Urbana. Todo ello, para que aquellos dirigentes que vienen a salir en la instantánea cuando hay una gran inversión en la comarca no desaparezcan poco después. Este ha sido el mensaje del edil socialista, sin una dirección clara, pero que podría ir dirigido tanto al Gobierno como a la Generalitat.