Carles Puigdemont se reunió con un emisario de Vladímir Putin horas antes de la declaración unilateral de independencia de 2017. El entonces president de la Generalitat recibió una visita de Nikolay Sadovnikov, un empresario y exdiplomático ruso que viajó a Barcelona para dialogar con el Govern.
El representante de Moscú viajó desde la capital rusa hasta El Prat el 26 de octubre a bordo de un vuelo de Aeroflot. Regresó pocos días después, según una investigación de El Periódico con el medio ruso Istories y los medios internacionales OCCRP, Bellingcat, Irpimedia y Il Fatto Quotidiano.
10.000 soldados
La parte rusa ofreció apoyo a la causa catalana a cambio de convertir el territorio en un paraíso de las criptomonedas a través de nuevas leyes. El Kremlin puso encima de la mesa millones de dólares en ayuda económica y los 10.000 soldados que la diplomacia rusa siempre ha negado haber puesto a disposición del procés. De hecho, los rusos llegaron a aportar un certificado falso en el que fingieron transferir 500.000 millones de euros en bitcoins.
Puigdemont recibió a Sadovnikov en la Casa dels Canonges, en una cita a la que también asistieron el ruso Sergey Motin y el empresario catalán Jordi Sardà Bonvehí. También Víctor Terradellas, exsecretario de relaciones internacionales de Convergència, que ha corroborado los detalles de la reunión.
Reunión en Canonges
La investigación ha recabado mensajes entre Terradellas y Puigdemont, como los que el primero envió justo antes de la reunión: "A las 5 venía emisario de Putin". "Estamos en la puerta de Palau. Nos debes recibir", apremió el excargo de CDC al president.
"Subid a Canonges", respondió Puigdemont, que les recibió en su residencia oficial a pesar de su apretada agenda. En esos momentos, de máxima tensión en la política catalana, se debatía entre la independencia unilateral y la declaración de elecciones autonómicas.
"Creo que son mafiosos"
Según El Periódico, la reunión no sirvió para concretar ningún acuerdo, pero sí para abrir los contactos entre ambos ejecutivos. El juez Joaquín Aguirre, que investiga la trama rusa del procés, interrogará este miércoles a Terradellas sobre las actividades de su fundación, CatMón, y sus contactos con Moscú.
En los mensajes de Bonvehí también se refleja su preocupación respecto a la posible relación de la delegación rusa con la mafia: "Yo ya creo que son mafiosos. ¿O dónde está la diferencia entre mafia y poder político? Normal que no salgan (...) Ahora estaba hablando con Carles [Puigdemont]. Es todo raro, pero... y nos dicen que con lo que nos ofrecen podemos pagar la deuda española? ¿Extraño? Mucho", escribió.
Un intermediario oscuro
Sadovnikov, que ha admitido viajar a Barcelona para visitar "a un amigo", pero ha negado cualquier vinculación con la política catalana, ha sido descrito como un intermediario oficioso de Moscú en Oriente Medio, una región clave para la política exterior rusa y donde el país eslavo ha ganado influencia en los últimos años. En particular, el enviado de Putin tuvo un cometido relevante en Siria, Irán y Libia.
En sus misiones, Sadovnikov hacía gala de su proximidad con Putin. Su carrera diplomática se remonta a la Unión Soviética, a la que representó en Italia antes de trabajar para el Ministerio de Exteriores de la Federación Rusa y, posteriormente, actuar como diplomático extraoficial, además de estar relacionado con sociedades radicadas en instalaciones públicas en la plaza Roja. Según él, alguien utilizó su pasaporte para constituirlas, aunque alega haber perdido memoria tras sufrir Covid.