Públicos y notorios son los enfrentamientos entre ERC y Junts per Catalunya (JxCat), socios en el Govern. Por ello, no es de extrañar que ambos partidos se hayan dotado de mecanismos para canalizar sus diferencias y minimizar el impacto de las mismas en la acción de gobierno. Incluso han recurrido a un mediador externo.
La Generalitat ha contratado a una asociación especializada en psicología comunitaria como asesora de la Dirección General de Coordinación Interdepartamental, organismo dependiente de la Consejería de Presidencia. Se trata de un contrato menor, adjudicado el pasado 9 de febrero, con un coste de 5.783 euros. La duración del servicio es de cuatro meses y la adjudicataria es la Associació per a la Promoció de l’Acció i la Psicologia Comunitària. Esta entidad está especializada en una disciplina que tiene distintas aplicaciones, entre ellas el asesoramiento a las organizaciones públicas y privadas para optimizar sus recursos. Analizar el organigrama, implantar planes para mejorar el bienestar psicológico y físico de los empleados o diseñar programas de formación son algunas de las competencias de la psicología comunitaria.
Fortalecer el rol de la Dirección General de Coordinación
Según este contrato, esta asociación creada en 2012 y con sede en Masnou (Barcelona) prestará “asesoramiento para fortalecer el rol de la Dirección General de Coordinación Interdepartamental, en el marco del apoyo a la acción del Govern”, indica el enunciado de la adjudicación.
La fecha del contrato coincide con una reestructuración de la Consejería de Presidencia, cuya titular es Laura Vilagrà (ERC), de la que depende esa Dirección General. El Consell Executiu aprobó un decreto para potenciar la estructura de esa consejería y, entre otros cometidos, reforzar las funciones de coordinación de la republicana. En base a ese decreto, esa dirección general dejaba de estar adscrita a la Secretaría del Govern y pasaba a depender de forma directa de la consejera.
Mejorar las relaciones internas
Entre sus funciones se incluye promover, desarrollar y realizar el seguimiento de la coordinación de la acción de gobierno; participar en las iniciativas del Govern que tengan como objetivo impulsar y coordinar las políticas transversales de la Generalitat, e impulsar la adopción de mecanismos de actuación conjunta o coordinada entre departamentos. Asimismo, este organismo vela por la efectividad, racionalidad y simplificación de los mecanismos que se adopten y fija las directrices de elaboración, seguimiento, aplicación y evaluación del Plan de Gobierno.
A juzgar por las desavenencias aireadas por Esquerra y JxCat, no parece que ese cometido sea fácil. De hecho, uno de los acuerdos alcanzados durante las negociaciones para la investidura de Pere Aragonès fue establecer mecanismos de coordinación y seguimiento “con espacios de interlocución constante, proactiva, comprometida y estable” para “garantizar el despliegue del Programa de Govern, la estabilidad gubernamental y parlamentaria y la lealtad entre los socios”.
Discrepancias incluso en lo económico
Pero las discrepancias internas se mantienen y afloran en temas tan sensibles como es la economía. El pasado marzo, tal como publicó Crónica Global, el Govern creó un órgano de coordinación con la finalidad de unificar estrategias ante la rápida transformación de un sector tan complejo, como importante para la internacionalización de las empresas catalanas, como es el logístico. Una actividad donde los neoconvergentes apuestan por el almacenaje, mientras que los republicanos prefieren crear industria. Los distintos enfoques que los socios de Govern dan al futuro de la planta de Nissan es un buen ejemplo.