Decenas de trabajadores del Parlamento de Cataluña --alrededor de la mitad de los 200 que integran su plantilla-- han expresado su rechazo al trato que les dispensa la presidenta de la Cámara, Laura Borràs (JxCat), devolviéndole los libros y las rosas que ésta les había regalado con motivo de la festividad de Sant Jordi.
Borràs entregó este viernes por la mañana una flor y un ejemplar de la obra Da nuces pueris, de Gabriel Ferrater, a cada uno de los trabajadores del Parlament. Sin embargo, al cabo de un rato aparecieron en diversos puntos del edificio cubos con el letrero "Rosas para devolver", que se han ido llenando al tiempo que decenas de empleados entregaban a los ujieres sus libros para que se los retornara a la presidenta.
La protesta se enmarca en la indignación que parte de la plantilla del Parlament siente hacia Borràs por algunas de las decisiones que les afectan, y otras que consideran que han dañado gravemente la imagen de la institución que preside. En los últimos meses, por ejemplo, Borràs culpó a los funcionarios de la inhabilitación por desobediencia del diputado de la CUP Pau Juvillà --algo obligado e ineludible, al tratarse de una orden judicial--, o su forma de gestionar los trienios o la derogación de las licencias de edad después de trascender su existencia en los medios de comunicación, entre otros desencuentros de la mandataria posconvergente con los trabajadores públicos.