Josep Lluís Alay, jefe de Oficina del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, ha expresado este miércoles su indignación después de que el Ayuntamiento de Palamós haya informado en sus redes sociales de que los refugiados que huyen de la guerra en Ucrania tienen a su disposición clases para aprender castellano, impartidas por ciudadanos de su país que residen en este municipio gerundense.
"Qué vergüenza". Con ese exabrupto alude Alay a la noticia en cuestión, en la cual se informa de este servicio para ayudar a estas personas a integrarse en España. Una iniciativa que se suma a "todas aquellas que se impulsan con el objetivo de darles todo el apoyo", según explica el consistorio en su comunicado. Las clases, según añaden, les permiten conocer el idioma y llevar a cabo actividades de conversación con los voluntarios de Ucrania que se lo enseñan, que a su vez "han sido los impulsores de esta iniciativa".
Lo piden los propios refugiados
"La realización de clases de castellano es una de las principales demandas que hacen las personas que llegan al municipio huyendo de la guerra de Ucrania, y que son atendidas en el Servicio municipal de Ciudadanía e Inmigración", añade la nota del ayuntamiento de esta localidad costera.
Sin embargo, todo ello no parece ser del agrado de Alay, uno de los dirigentes de la Generalitat mejor pagados --cobra más de 100.000 euros anuales por su cargo-- y célebre por su ultranacionalismo. De hecho, no es la primera vez que protagoniza una salida de tono de este calibre: el pasado mes de octubre, por ejemplo, se quejó de que TV3 informara de la erupción del volcán de La Palma, preguntándose sobre el coste de tal cobertura, y formulando reflexiones como estas: "¡¡¡Basta con el volcán, por favor!!!" o "¿No pasa nada en el mundo que tenga más interés para los catalanes? Vergüenza informativa".
Alay, asimismo, también ha sido noticia por sus contactos en Rusia durante el procés secesionista catalán en el pasado. Unos contactos que, según reconoció él mismo en TV3 el pasado septiembre, tenían entre sus objetivos planear la creación de un futuro Estado catalán separado del resto de España, y que han dado pie a que la Eurocámara haya pedido abrir una investigación al respecto. Al mismo tiempo, en las redes sociales de Alay tampoco han faltado en todo este tiempo duras críticas a la UE.