"¿Desahucio? En absoluto". Es lo que contesta la Hermandad Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona a la pregunta de si se marcharán de los cuarteles de Sant Andreu de la capital catalana. El mismo recinto que tenían que abandonar antes de llegar la medianoche del jueves 10 de febrero, según informaron diversas entidades, entre ellas la Asociación de Vecinos de Sant Andreu.
Desde la junta de esta organización explican que no les echan, "de ningún modo", y matizan su salida del local que ha sido su sede social durante años. "Una cosa son los terrenos, que abandonamos tras pactar con el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). De mutuo acuerdo, claro", explican desde la asociación sin ánimo de lucro. Su órgano de gobierno recuerda que "está registrada" ante las autoridades competentes.
"¿Los cuarteles? La justicia decidirá"
Otra situación distinta es la sede en sí misma, que se encuentra en un edificio aislado del complejo de los antiguos cuarteles. "En cuanto a la sede, cabe recordar que la Hermandad llegó a un acuerdo de cesión con el Ministerio de Defensa. Y llevamos 30 años de uso comunitario, con actividades para los socios, pero también para la asociación de vecinos --al menos, con juntas anteriores-- y organizaciones filantrópicas de Sant Andreu", señalan.
"Esas tres décadas nos dan derechos a los que no queremos renunciar. Solo pedimos algo a cambio: una cesión amistosa de un local. En Barcelona o cerca, bien comunicado y amplio, y ya está. Nada más", indican. "Pedimos al Ayuntamiento de Barcelona que nos asegure un espacio como a cualquier otra asociación. Nos lo hemos ganado por nuestro trabajo social en el barrio y en apoyo de los socios", defienden.
Consorcio: "La asociación debe reubicarse"
Desde el Consorcio de la Zona Franca (CZFB) recuerdan que la institución vinculada al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana compró los terrenos en el pasado. Se trata de parcelas muy cotizadas, porque "están ubicadas en un lugar muy emblemático de Barcelona".
Son "la punta de todo el proyecto del desarrollo de La Sagrera", una zona en transformación urbana que es también "casi el último lugar, con el distrito 22@, con el desarrollo urbano de la ciudad de Barcelona. El penúltimo junto al barrio que está junto a la Zona Franca". ¿Qué hará el CZFB con los exlegionarios? "Queda un resto [de viviendas y asociaciones por resituar]", se admite desde la empresa pública que preside Pere Navarro. Los mismos interlocutores remarcan que la Hermandad "debe reubicar para poder continuar realizando sus actividades" y señalan que existe un "acuerdo" que se debe cumplir. El que se trasladó a los exlegionarios desde la junta de compensación que gestionó la operación inmobiliaria de las antiguas casernas de Sant Andreu.
Asociación de Vecinos: "Tienen que irse"
Ese acuerdo entre la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios y el Consorci de la Zona Franca, con arreglo al cual los primeros han dejado ya los terrenos y se irán de la sede cuando falle la justicia, si lo hace en su contra, no gusta a la Asociación de Vecinos de Sant Andreu. Su presidente, Santi Serra, lamenta que la asociación "no se marchara el jueves, cuando tenían que haberlo hecho". Según el activista vecinal, la permanencia de la entidad de apoyo a los exsoldados se explica por "los equilibrios políticos entre Barcelona en Comú y PSC".
Desde la agrupación vecinal sostienen que la presencia de la entidad "crea rechazo" en el barrio,y que la pastilla que aún ocupan los exlegionarios "debería dedicarse a pisos sociales, aunque el terreno esté calificado como libre". A este respecto, desde la AVV piden un esfuerzo de las administraciones "para ampliar un parque de vivienda protegida que está en mínimos".
Acoso independentista
En la reubicación de los exlegionarios de Sant Andreu, subyace una corriente de fondo del choque de la asociación con los círculos independentistas de Sant Andreu, que han llegado a "acosarla", según denuncian los afectados. Desde el entorno de la CUP y grupos relacionados con los antisistema han exigido que la entidad social se marche a otro lugar e incluso han protagonizado protestas en su contra.
Cabe tener en cuenta que los exmilitares llegaron a manifestarse en 2017 por el centro de Barcelona hasta la plaza de Sant Jaume, sede del ayuntamiento y la Generalitat. Protestaban contra la decisión de arrebatarles los terrenos, que finalmente han cedido. Lo que queda pendiente es el contencioso sobre su sede, que se resolverá en sede judicial.