Batalla ideológica por Montserrat. El prior del monasterio benedictino dio una recepción que ha levantado polvareda. Recibió en la casa de la comunidad religiosa a los organizadores de una manifestación ultra convocada en la montaña sagrada como acto de protesta contra el ataque que había recibido un monumento carlista situado en la zona por parte de un grupo de radicales situados al otro lado del espectro político, en el de la ultraizquierda.
Ocurrió el pasado 29 de enero. El Arzobispado de Barcelona ha admitido que hubo contacto entre la representación radical y la cúpula de la abadía benedictina. Concretamente, con Bernat Juliol, número dos, portavoz y responsable del Mil·lenari. De hecho, lo avanzaron los propios carlistas en su blog oficial, en el que aseguraron que departieron con el segundo de Montserrat tras una movilización en la que lamentaron los ataques al monumento al Tercio de Requeté, una unidad extremista que luchó en el Ejército franquista.
"No fue oficial"
A preguntas de este medio, un representante del arzobispado ha admitido que se produjo una audiencia entre el monasterio y los centenares de ultras que subieron al monte a finales de enero. No obstante, asegura que el contacto entre ambas partes "no fue un trato oficial".
"La visita del sábado [29 de enero] no estaba gestionada de forma directa, pues no nos informaron", ha explicado el portavoz del arzobispado. Según este mismo interlocutor, "el departamento de seguridad tuvo conocimiento del mismo por medio de las redes sociales". ¿Qué ocurrió? "Fueron recibidos por el prior porque se lo pidieron a un monje", ha agregado. Querían entregar "un manifiesto" a alguien de la cúpula directiva del monasterio y se les facilitó la reunión "improvisada" con Juliol.
Recuerda, asimismo, que la política general del centro religioso implica que "las manifestaciones y similares se gestionan mediante la petición al monasterio o al departamento de seguridad". Son éstos los encargados de validarlas y organizar el dispositivo pertinente para evitar problemas de convivencia entre la comunidad religiosa, los que ejercen su derecho a protestar y los feligreses y visitantes del monumento religioso.
"¡Viva Cristo Rey!"
El encuentro en la cima de Montserrat tuvo lugar después de una marcha que partió del monasterio y llegó al monumento al Tercio de Requeté que aún está instalado en la montaña, el mismo que atacaron los independentistas radicales en julio de 2021. Tras el acto vandálico, la escultura que honra a los soldados franquistas no se ha repuesto y se "revisará", tal y como anunciaron los responsables de la gestión de la montaña. Este replanteamiento fue lo que provocó la protesta ultra del 29 de enero.
Acudieron a la misma cerca de 500 ultras, según el Periódico La Esperanza. Los activistas corearon consignas por "Cristo Rey" y por la "España católica". Recibieron un saludo a distancia de Sixto Enrique de Borbón-Parma, supuesto heredero carlista al trono de España y líder de la Comunión Tradicionalista (CT). Al acto acudieron radicales habituales de este sector ideológico, como Javier Barraycoa.
Manel Gasch, nuevo abad
La polémica por el monumento al requeté y la manifestación ultra en el monasterio es el primer dosier caliente que recala sobre el despacho del padre Manel Gasch, abad de Montserrat desde septiembre 2021. El religioso sustituyó al polémico Josep Maria Soler, que se retiró al haber cumplido los 75 años de edad, como explicó este medio.
De hecho, la gestión del antiguo líder espiritual de los benedictinos fue controvertida por otra politización, la independentista. Dispensó un trato exquisito al secesionismo e incluso utilizó los oficios religiosos para opinar a favor del procés y los condenados por sedición y malversación. En paralelo a ello, le estallaron polémicas sobre presuntos abusos a menores y una investigación del Tribunal de Cuentas al Patronato de Montserrat, en el cual participa la Abadía, tal y como detalló Crónica Global. Las pesquisas siguen su curso.