La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha descartado dimitir por su actuación con el diputado Pau Juvillà (CUP), que ha sido expulsado como representante regional por desobedecer a la Junta Electoral Central (JEC). La también dirigente independentista de JxCat aboga ahora porque la "resistencia al Estado sea colectiva" para no perder su acta ni su silla al frente de la Cámara catalana.
Lo ha dicho Borràs en RAC1, en la primera entrevista concedida desde que el Parlament que ella preside decidiera acatar la reclamación de la Junta Electoral Central (JEC) y dió de baja al diputado antisistema por la inhabilitación unida a su condena. En su intervención, la también presidenciable de JxCat en las últimas autonómicas, las del 14 de febrero de 2021, ha admitido que "el resultado [de la actuación parlamentaria] no ha sido bueno". Con todo, ha descartado dimitir, ya que asegura que "de la experiencia se puede sacar un aprendizaje".
"Resistencia colectiva"
Así, descartando cesar de su cargo por haber procedido a retirar el acta a Juvillà pese a que su partido, Junts, aboga por la "desobediencia" al Estado, Borràs ha pedido "resistencia colectiva" para abordar esta estrategia. "La magnitud de la represión es tal, que exige una respuesta colectiva", ha justificado.
Lo que es más, la presidenta del hemiciclo catalán ha señalado que "no se ha querido ir hasta las últimas consecuencias". Desliza de este modo que la CUP no habría querido seguir la estrategia de desobediencia que ella misma habría planteado. "Se rompieron las confianzas", ha indicado. Sugiere que los anticapitalistas rechazaron flanquearla en su senda de "acompañamiento" del electo antisistema condenado.
El precedente de Torrent "le perjudicó"
De este modo, Laura Borràs ha culpado a la CUP de "no querer asumir un determinado compromiso público con determinadas garantías mínimas". La también ex jefe de filas de Junts en el Congreso de Diputados ha apuntado también a ERC. "No se puede actuar como si no hubiera precedentes", ha dicho, en referencia a la decisión de excluir al exdiputado y expresident Quim Torra tras ser condenado por desobediencia por no retirar una pancarta política de la fachada del Palau de la Generalitat de Cataluña en plena campaña electoral.
"La Junta Electoral nos contesta que esa resolución es ley, por lo que ya hay un precedente", ha insistido la presidenta de la cámara catalana enfatizando que ya hay un precedente de exclusión de un diputado independentista. Cabe recordar que ella acusó a su predecesor en el cargo, el republicano Roger Torrent, de aceptar un "golpe de Estado" por retirar el acta a Torra.
Sostiene que no mintió
A renglón seguido, Borràs ha negado que mintiera a respuesta de las acusaciones de que Juvillà "ya no era diputado" cuando ella convocó una sesión plenaria para votar si se le retiraba el acta o no. "Eso es falso, era diputado y se le ratificó", ha hecho hincapié.
¿Qué pasó, entonces? Según ella, fueron los funcionarios del Parlamento catalán los que "no enviaron la convocatoria" al electo de la CUP, ni tampoco le prepararon la documentación. "Es una constatación", ha dicho, sosteniendo que los empleados públicos "temían el Código Penal, que pesaba sobre sus cabezas". Ella, pues, "convocó la sesión", pero Juvillà ya no fue convocado por los funcionarios. El día de la sesión aseguró que no se le había convocado porque era "parte implicada" en la causa y la podría "contamibar". Un viraje en el discurso que, tal y como se le ha recordado de la oposición, pone en duda sus explicaciones.
De esta forma, apunta también a la secretaria de la Cámara catalana, Esther Andreu, por haber tomado esta decisión al margen de la presidenta y de la mesa.
"Algunos me quieren sacrificada"
Así las cosas, Laura Borràs ha repartido las culpas entre ERC y CUP por no seguirla en la supuesta estrategia de desobediencia a la JEC en el caso Pau Juvillà. "No se quiso llegar hasta las últimas consecuencias en un plan en el que yo era la máxima responsable", ha sentenciado.
"Me sentí inútilmente expuesta [por los dos partidos]", ha lamentado sin solución de continuidad, en referencia a la actuación de antisistema y republicanos en el episodio del diputado suspendido. "La unidad del 52% no se ha mantenido", ha contestado también a la pregunta de los detalles de su presunta hoja de ruta de desobediencia, antes de dejar claro que "no se rendirá", pese a que "algunos la quieren sacrificada". Apunta a que se busca usar este caso como la excusa perfecta para acabar con su carrera política con una inhabilitación por desobediencia. Con todo, se debe recordar que este desenlace le puede llegar por otra causa que le afecta. La acusación de haber troceado contratos cuando era directora del Institut de les Lletres Catalanes (ILC) para adjudicarlos a dedo. La Sindicatura de Comptes detectó hasta cinco concesiones sin concurrencia pública que se habrían realizado de forma indebida. El objetivo, según las pesquisas judiciales, era favorecer a un amigo de Borràs. El caso está pendiente de juicio.