La expresidenta del Parlament catalán, Carme Forcadell, ha asegurado este jueves que en 2016, cuando presidía la Cámara, intentó eliminar las denominadas licencias de edad que han permitido a varios de sus trabajadores cobrar sin ir a trabajar desde los 60 años, pero no llegó "a tiempo".
En una entrevista para La 2 y Ràdio 4, Forcadell ha asegurado que se enteró en 2016 de las denominadas "licencias de edad" de los funcionarios del Parlament, y que se lo hizo saber el secretario general de la Cámara. Acerca de su desconocimiento hasta entonces, ha alegado: "Tú firmas las nóminas y no miras lo que cobra cada persona. Hay un montón, firmas y confías en quien te lo trae".
Cinco años sin trabajar hasta la jubilación
Según su versión, tras conocer estos casos, "inició un procedimiento para acabar" con ese privilegio de los funcionarios, ya que tuvo claro que era "injusto". "Queríamos iniciar una negociación con el consejo de personal del Parlament. Lo que pasa es que después no estuvimos a tiempo, porque el secretario general se fue y todo se precipitó, fue una legislatura corta y convulsa", ha afirmado Forcadell, que fue presidenta del Parlament del 26 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2018, antes de entrar en prisión por el procés. "Seguramente podría haber hecho alguna cosa más", ha afirmado,
La figura de la "licencia por edad", existente desde 2008, permite que los funcionarios que llevan más de 15 años en el Parlament y que tengan más de 60 años de edad cobren durante cinco años sin trabajar, hasta llegar a la jubilación. Hasta 21 funcionarios del Parlament están acogidos a esta figura, entre ellos, dos exsecretarios generales que cobran más de 10.000 euros al mes. Quienes menos cobran y están en esta misma situación son ujieres auxiliares que cobran 3.800 euros mensuales. En total el coste asciende a 1,7 millones de euros.
Rechaza la nueva reforma laboral
Forcadell, por otra parte, ha defendido que ERC "vote no" a la reforma laboral, ya que a su modo de ver PSOE y Unidas Podemos han "roto la promesa electoral de derogar" la del PP.
La exdirigente secesionista, por otra parte, ha dicho "no tener ninguna confianza" en la denominada mesa de diálogo entre el Gobierno y los mandatarios de la Generalitat, pese a que ha defendido acudir para demostrar que el Estado "no tiene ninguna oferta para Cataluña; como mínimo debe servir para eso".
La inhabilitación de Juvillà
La expresidenta del Parlament, por otra parte, ha defendido mantener el escaño al diputado de la CUP Pau Juvillà --inhabilitado por desobediencia--, pese a ver "muy difícil" lograrlo sin comprometer a los funcionarios.
A su modo de ver, la actual presidenta de la Cámara, Laura Borràs (JxCat), está "haciendo todo lo que puede" para evitar retirarle el escaño a Juvillà, como exige la Junta Electoral tras la sentencia judicial que le inhabilitó al no retirar unos lazos amarillos secesionistas del Ayuntamiento de Lleida en plena campaña electoral.
Forcadell ha defendido el dictamen aprobado en el Parlament por ERC, JxCat, CUP y En Comú Podem para mantener el acta a Juvillà, aunque ha recordado que "el límite es respetar a los funcionarios y que no lleguen a tener consecuencias penales", como la "malversación si se paga el sueldo" al diputado.
La expresidenta del Parlament ha opinado que el caso de Juvillà es "paralelo" al del expresidente de la Generalitat Quim Torra, quien fue también inhabilitado. "Lamentablemente, iremos a parar al mismo lugar", ha dicho.