El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Ayuntamiento de la capital catalana quieren impulsar la recogida de residuos selectivos puerta a puerta a pesar del fiasco en el barrio de Sant Andreu. Ambas Administraciones, no obstante, aseguran que las poblaciones que han adoptado este sistema cumplen “sobradamente” con las exigencias de reciclaje municipal de la Unión Europea (UE).
Un total de 240 municipios catalanes han implantado la recogida puerta a puerta. Las experiencias de éxito se han dado en las localidades más pequeñas. En Cataluña se han desarrollado en Barcelona, Lleida y esperan hacerse próximamente en Ripollet o Vic.
Objetivos europeos
“Es importante que las instituciones impulsen un modelo basado en la individualización más grande de la recogida, que rompa con el anonimato e incentive la correcta participación de la población en la recogida selectiva”, ha explicado el vicepresidente de Ecología del AMB y concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica de Barcelona, Eloi Badia. Los objetivos europeos establecen que para 2035 todos los Estados miembros deben cumplir el 65% de reciclaje de residuos municipales y un máximo del 10% en vertederos.
El buen funcionamiento del que han hablado ambas organizaciones contrasta con casos en los que se ha vuelto a atrás, al contendor en la calle. Badia, no obstante, ha asegurado que “los datos que se han obtenido recientemente en el barrio de Sant Andreu, en Barcelona, se ha logrado el 80% de recogida selectiva”.
Caso de Sant Andreu
La estrategia del consistorio barcelonés, liderada por Badia, se inicio en el barrio de Sant Andreu, donde muchos vecinos, ante las carencias del servicio puerta a puerta, optaban por ir a las zonas limítrofes con contenedores físicos. Así lo adelantó Crónica Global, por verse los residentes a vacías su basura en los días indicados según el tipo de residuo.
El modelo ideado por el concejal suponía la eliminación de 283 contenedores para individualizar la recogida de residuos. No obstante, este sistema ha resultado ser insuficiente y se ha reestructurado en contenedores inteligentes con llaves magnéticas personalizadas para cada vecino.