El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha rechazado que los servicios de inteligencia del club comunitario sean los autores del informe que advertía que el entorno del expresident Carles Puigdemont habría contactado con el Kremlin en búsqueda de apoyo para el proceso separatista.
En una respuesta a una pregunta parlamentaria planteada por el propio Puigdemont y sus compañeros de JxCat Toni Comín y Clara Ponsatí, Borrell asegura que el Centro de Inteligencia y de Situación de la Unión Europea (INTCEN) “no es el autor del informe de inteligencia mencionado en el artículo del New York Times e ignora quién lo ha podido hacer”.
Estados miembros
El INTCEN, que proporciona “inteligencia estratégica en materia de alerta temprana, conocimiento de la situación, previsión estratégica y evaluación de amenazas para apoyar la labor de los órganos decisorios de la UE”, se basa “principalmente en los análisis estratégicos de inteligencia de los servicios de inteligencia y seguridad de los Estados miembros de la UE”, señala Borrell, en una respuesta proporcionada a los diputados el pasado 1 de diciembre.
Fuentes europeas han recalcado a Efe este sábado que la Unión Europea no tiene servicios secretos propios y que el INTCEN se nutre de las aportaciones de la inteligencia de sus Estados miembros.
Alay viajó a Rusia
La pregunta parlamentaria, enviada poco después de la publicación de este informe en el New York Times, cuestionaba si el INTCEN u otras agencias dependientes de la UE estaban tras la autoría del informe y, en ese caso, quién había encargado su redacción y si Borrell estaba al tanto de que se había elaborado.
El Kremlin ha negado estar involucrado en el proceso independentista en Cataluña y ha asegurado desconocer los contactos que mantuvo el entorno de Carles Puigdemont con funcionarios rusos en Moscú, mientras que el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, ha admitido que viajó a Rusia y habló de "asuntos que interesan a la creación de un Estado independiente en un futuro", algo que, dijo, "no es ningún delito".