El Gobierno central da por acabado el proceso soberanista en Cataluña. Al menos, así lo ha hecho saber el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que relaciona esta circunstancia con la relación institucional que, a su juicio, ha empezado a establecerse entre Moncloa y la Generalitat.
Bolaños, que sustituyó a Iván Redondo como mano derecha del presidente Pedro Sánchez en la amplia crisis de Gobierno de antes del verano, considera también como la señal del inicio de una nueva etapa el hecho de que, bajo su criterio, el Govern y, en general, las instituciones catalanas estén cumpliendo la ley y la Constitución.
Relación institucional
En una amplia entrevista concedida a la agencia Efe, Bolaños destaca que entre ambos Ejecutivos se ha abierto lo que llama la “etapa de las soluciones”, caracterizada por una relación institucional y de colaboración entre ambos gobiernos.
Uno de los últimos episodios se vivió este viernes, con la reunión entre el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el conseller catalán de Interior, Joan Ignasi Elena, en el que pactaron la ampliación del cuerpo de Mossos d’Esquadra, así como su equiparación en determinados aspectos con fuerzas del estado como la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Sin confirmar la reunión de la mesa
Sin embargo, Bolaños no ha aclarado si en este tipo de encuentros se incluye una próxima y nueva reunión de la llamada mesa de negociación entre ambos gobiernos, pese a que la portavoz del PSC en el Parlament, Alicia Romero, apuntó el mes de enero como fecha para el cónclave.
“Las reuniones serán cuando correspondan”, se ha limitado a decir, aunque en los últimos días la portavoz del Govern, Patricia Plaja también situó en los inicios del mes de enero una nueva cita de la mesa.
Fin a una "época negra"
En este sentido, Bolaños ha admitido que el proceso de diálogo será complejo porque “partimos de posiciones muy diferentes”.
En cualquier caso, el ministro de Presidencia se felicita por que se haya superado el clima de “tensión insoportable” vivido hace cuatro años, cuando tuvieron lugar los acontecimientos que desembocaron en el referéndum ilegal del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de independencia que duró escasos ocho segundos.
Bolaños ha definido esa etapa como “un periodo negro para Cataluña, que desembocó en el proceso soberanista”, que ahora da por terminado. Y cuya salida sólo pasa por el diálogo porque “es la única manera de hacerlo. No hay otra”.