Los grupos de la oposición han criticado el discurso de Pere Aragonès (ERC) en su primer debate de política general (DPG) como presidente por “pedir perdón” a sus socios de Junts per Catalunya (JxCat) en su defensa de la mesa de diálogo. Por su parte, Junts per Catalunya le ha echado en cara que no haya reflejado "todo el acuerdo de gobierno, donde se habla de confrontación".
Lorena Roldán (PP) ha calificado de “pérdida de tiempo y de mantras” el discurso de Aragonès. “Nos ha intentado hacer ver que es mejor que sus antecesores. Ha vuelto con el expolio y el maltrato. La misma cantinela que venimos oyendo en la última década”, ha dicho la popular. Cree que el presidente pretendía “pedir perdón a sus socios de JxCat por no implementar la independencia. Pero es a los catalanes a los que debe pedir perdón por los retrocesos económicos y sociales”.
"Los platos, por la cabeza"
“Hablar de amplio apoyo –ha añadido— sobra. Acabaron en la anterior legislatura tirándose los platos por la cabeza y siguen igual. Me cuesta ver que podamos salir de este pozo”, ha añadido. Roldán afirma que el presidente catalán solo se dirige a la parte nacionalista. Dice que le apoya una mayoría, pero no, la amnistía y la autodeterminación no genera consensos”.
Discrepa de esa “Cataluña de libertad” que promete el president “porque te multan si rotulas en castellano, no puedes escolarizar a tus hijos en ese idioma. Esa no es la idea de libertad que tienen los catalanes”.
"Solo conflicto"
Por su parte, Ignacio Martín Blanco (Ciudadanos) cree que el discurso de Aragonès “demuestra que lo único que puede ofrecer el separatismo es confrontación. No sé si Pedro Sánchez ha escuchado lo que dice su socio de la mesa en el que confía. Es una lógica perversa. Parece que hay diferencias estratégicas, pero al final confluyen todos en ese deseo de generar conflicto. Dice Aragonès que pretende evidenciar ante la comunidad internacional la poca calidad democrática de España. No es una mesa entre iguales. Es una mesa de imposición. Contemplamos con preocupación las amenazas”.
El portavoz de la formación naranja coincide con Roldán en que el discurso “no aporta nada nuevo”, tampoco en medidas productivas “en las que coincide con la CUP”.
La presidenta del grupo de En Comú Podem, Jessica Albiach, ha constatado “un mal presagio, su posición de debilidad, pretendía convencer a sus socios. Estábamos ante un tercer discurso de investidura para pedir a los socios la confianza que no le dan en su mesa de diálogo”.
A Albiach le ha gustado “la partitura” que se desprende del discurso en materia social y económica, pero el problema es que “debe ser interpretada por un Govern desafinado. ¿Es una gestión continuista o rupturista?”.
"Imponer la autodeterminación"
"Aburrido y decepcionante". Así ha calificado Alícia Romero, portavoz de PSC-Units, el discurso de Aragonès, a quien ha reprochado que intente imponer la autodeterminación". La socialista ve "un gobierno dividido donde las divergencias no han acabado ni parece que se vayan a acabar. Hemos encontrado un presidente que reincide en los errores del pasado. Es un presidente que habla a una parte de los catalanes, no a todos. No responde a los problemas reales".
Joan Garriga (Vox) ha visto en la “típica contradicción de los separatistas. Dice que la independencia es progreso social, cuando en realidad es más gasto en propaganda. Su plan de gobierno siga estancado en su ideología sectaria. Feminismo que enfrenta, mientras no atiende las urgencia reales”.
Mònica Sales, portavoz de Junts per Catalunya, ha lamentado que el discurso del republicano "no haya reflejado el acuerdo de legislatura. Compartimos la necesidad de diálogo, pero también la confrontación. Somos leales, pero como ha reconocido Aragonès, no sabemos cuál es la propuesta del Gobierno español. Es difícil mantener el diálogo con quien ejerce la represión". Por parte de ERC, Marta Vilalta ha visto un "discurso presidencial" y con "potencial transformador". Y confía en que los grupos parlamentarios "estén mañana a la altura", en la segunda sesión del DPG.