El empeño de Junts per Catalunya (JxCat) de colocar a dos indultados en la mesa de diálogo, y la posterior negativa del presidente Pere Aragonès, abrió el debate en el partido neoconvergente sobre la ruptura con ERC para forzar elecciones. Según ha podido saber Crónica Global, la propuesta que ha provocado la enésima crisis del Govern, responde a una jugada del secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, por aupar a Jordi Turull, exconsejero de Presidencia y uno de los condenados por el referéndum del 1 de octubre.
Fuentes del partido explican que Sànchez pretendía contentar a Turull, que se postula como futuro líder de JxCat. Desde que fue indultado, Turull se ha mostrado muy activo y, al mismo tiempo, muy contundente en sus posiciones contra la negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez. "Turull apretaba mucho y Sànchez quiso satisfacerle", explican.
Forzar elecciones
Esa entente entre Sànchez y Turull abrió el debate en JxCat sobre la posibilidad de que la formación liderada por Carles Puigdemont rompiera con ERC y saliera del Govern para forzar elecciones anticipadas.
El planteamiento no reunió el consenso esperado. Es más, generó indignación entre algunos dirigentes que, según advirtieron, suponía menoscabar la credibilidad de la formación. Finalmente, se descartó la opción de la ruptura, pero esos críticos temen nuevos episodios similares, lo que a su juicio, puede provocar un cisma en JxCat.
Falta de lealtad
La discrepancia entre los socios de Govern ha sido más que pública y notoria. Aragonès ha dejado fuera de la mesa de diálogo a los nombres que los neoconvergentes han puesto sobre la mesa al asegurar que existía el acuerdo verbal de que solo miembros del Ejecutivo asistirían a la mesa de diálogo. Pretendían que la delegación la encabezara el vicepresidente, Jordi Puigneró, y que los tres representantes restantes fuesen, además de Sànchez y Turull, la portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras.
El secretario general del partido mantiene que dejarán las sillas vacías para demostrar que Moncloa ha impuesto "vetos", el argumento que esgrimen tras su patinazo. Esta posición no está compartida por sus socios en el Ejecutivo catalán. ERC y el priopio presidente les ha exigido lealtad. Tanto en la apertura del diálogo con el Estado para solucionar el problema político en Cataluña como hacia la figura del presidente de la Generalitat, un cargo que recae en los republicanos al obtener más apoyos en las urnas. Por ahora, JxCat está fuera de este ámbito de discusión política bilateral.