El expresidente de la Generalitat, Quim Torra, ha aparecido para quejarse y denunciar “persecución política” por parte del “Estado español”, al que ve “ciego de venganza”. En un momento en el que se dilucida la investigación del Tribunal de Cuentas a dirigentes independentistas por internacionalizar el procés, Torra ha levantado la voz después de que la Junta Electoral Central le haya reclamado hasta 8.500 euros por las multas que le impuso tras las actuaciones durante la campaña electoral del 28-A.
La Junta Electoral impuso a Torra una sanción de 3.000 euros por las pancartas y los lazos amarillos “por la libertad de los presos y exiliados políticos”. Otra multa por 2.500 euros por la carta institucional a los funcionarios con motivo de la Diada de Sant Jordi y otra por 3.000 euros por el discurso de Sant Jordi a los ciudadanos, en el que también se hacía referencia a los exiliados políticos.
Tras la "gran victoria" ciudadana del 1-O
El equipo de la oficina del expresident Torra ha señalado que se trata de una “persecución política”, aunque se esperaban esas reclamaciones. “La ejecución de la persecución política contra el presidente Torra con estas sanciones económicas es un ejemplo más de que la represión no se para y que el Estado español vive todavía ciego de venganza después de la gran victoria ciudadana del 1-O”.
Torra reaparece periódicamente en el debate catalán para arremeter contra lo que él considera un retorno a la vía autonómica, con peticiones claras para que se acelere un proceso rupturista con el Estado.