El Gobierno mira ahora al Tribunal de Cuentas y lo ve como un obstáculo para facilitar el diálogo con el independentismo, después de la decisión de indultar a los políticos presos. Las causas abiertas del tribunal para investigar a altos cargos de la administración, como el exconsejero de Economía, Andreu Mas-Colell, al entender que pudo malversar recursos públicos para la causa independentista, crean ahora un problema para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Según el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, esas causas “son piedras en el camino” en el proceso de diálogo con la Generalitat.
Si el Ejecutivo trata de destensar la situación y fomentar un clima de diálogo, tras la decisión de los indultos, el Tribunal de Cuentas supone para el independentismo la demostración de que sigue “la represión”. Un tribunal que, a juicio del exconsejero de Gobernación de la Generalitat, Jordi Turull, es “una mezcla de maldad e incompetencia”, y que hora puede interferir en los planes de Pedro Sánchez.
La "posición de Mas-Colell"
La posición de Ábalos es clara: “Sabíamos que todas estas causas, que no dejan de ser piedras en este camino, estaban ahí. Por lo tanto, nos corresponde ir desempedrando todo este camino, pero hacerlo siempre desde el reconocimiento de los órganos y las instituciones, y dentro de la legalidad”.
El Gobierno no pone en cuestión el trabajo del Tribunal de Cuentas, pero Ábalos incide en que le llama la atención “la posición” de Mas-Colell, que ha impulsado una campaña de apoyo por parte de académicos internacionales que no entienden que sea investigado.
La "emoción" de la excarcelación
Ábalos, en una entrevista en la Cadena Ser, ha considerado que los indultos demuestran que el Gobierno está en una posición de “centralidad” para favorecer el diálogo. Y que “se hacía más daño teniendo a estas personas en la cárcel que fuera de la prisión, sinceramente”.
Pero, ¿cómo ha reaccionado el Gobierno tras las primeras manifestaciones de los políticos independentistas? Según Ábalos se podía contar con ellas, porque esos discursos “vienen de no asumir de modo inmediato la frustración que provocó el procés y de la propia emoción de la excarcelación”.
En esa nueva situación, el ministro del Gobierno de Pedro Sánchez insiste en que lo que Moncloa defiende es “una posición de centralidad política” frente a lo que considera una polarización entre el independentismo y el “ultranacionalismo” español.