Nuevo episodio en las tensiones diplomáticas entre España y Marruecos por el Sáhara Occidental. Rabat ha comparado este conflicto con el procés y ha advertido al Gobierno español de que “no podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino”.
Aunque el Ejecutivo marroquí ha recordado que siempre ha optado “por ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional” de España, se ha preguntado en un duro comunicado “cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo español hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí”.
Por la acogida de un opositor
El enfrentamiento diplomático entre ambos países se debe a la acogida por motivos humanitarios de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, ingresado en un hospital en Logroño como paciente de Covid. Para Marruecos, la situación se reduce a “una cuestión de coherencia”.
Asimismo, Rabat ha reprochado al Gobierno su “memoria corta”, ya que en 2012 durante una visita al país de una delegación económica catalana, "se modificó el programa, a petición del Gobierno español", para que no fuera recibida a alto nivel y que la Embajada española estuviera en todos los encuentros. Además, ha recordado que en 2017 se rechazó la visita de un "gran líder del separatismo catalán”.
Pide una aclaración “sin ambigüedades”
En el comunicado, el Ministerio de Exteriores marroquí ha señalado que, tras los gestos mencionados, “Marruecos está en derecho de no esperar menos de España”. También ha apuntado a la cooperación entre ambos países en materia de inmigración y antiterrorismo.
Tras la acogida de Ghali, el país ha dado por “rota” su confianza con el Gobierno español, al que acusa de “connivencia con los adversarios del reino”. Por ello, le ha reclamado que aclare de forma pública y “sin ambigüedades” sus “decisiones” y “posiciones” en relación al conflicto del Sáhara para poder cerrar la crisis diplomática.