La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su homólogo en Milán, Giuseppe Sala, vislumbran una transformación de sus respectivas ciudades que pasará por reducir el tráfico de coches y cambiar el modelo turístico. Si bien han apuntado a la recuperación económica como prioridad, han dejado claro que estos dos sectores deberán reinventarse tras la pandemia para ser compatibles con la sostenibilidad.
La alcaldesa se ha mostrado rotunda al manifestar que “en la ciudad tenemos que reducir la presencia de coches con motor” a través de una combinación de transportes sostenibles como la bici o el carsharing. “La movilidad global tendrá que ser reestudiada”, ha aseverado Colau, quien ha apostado por “trabajar hacia nuevas formas de energía limpia y una nueva movilidad sin renunciar a ella”.
Contra la contaminación
“Ni Ada ni yo declaramos la guerra a los coches”, ha asegurado Sala, aunque ha insistido en la necesidad de cambios: “Intentamos generar alternativas porque tenemos ciudades con muchísima polución”, ha aclarado en un encuentro entre ambos alcaldes con la cónsul italiana en Barcelona, Gaia Danese, y el embajador, Riccardo Guariglia, organizado por la Casa Seat.
Ejemplo de ello son las terrazas cedidas por ambas ciudades a los bares y restaurantes en las calzadas como ayuda en el marco de la pandemia: “Es cierto que a veces tenemos que quitarle espacio a los coches”, ha admitido Sala. Con todo, ha subrayado que “hay algunas quejas, pero la mayoría de ciudadanos dicen 'es justo'”.
Límites al turismo
En cuanto al modelo turístico, Colau ha defendido que haya “una limitación territorial, porque, si no, pondríamos en riesgo la ciudad”. De cara al turismo pospandémico, cree que hay “que pensar en congresos”, porque “Barcelona tiene que ser una ciudad a la que se va para hacer algo, no solo para ir a la playa”.
“Queremos atraer eventos científicos, congresos internacionales y durante todo el año, no solo en verano”, ha señalado. Con este objetivo en mente, la alcaldesa considera que la “cultura es una de las estructuras más importantes para la recuperación económica y para guiar la transición hacia el turismo sostenible”.
La recuperación turística
El embajador Guariglia se ha expresado con menos matices su deseo de una reactivación plena del sector: “Todos tenemos que contribuir a la recuperación de las empresas turísticas, que tanto han sufrido”. Sin embargo, se ha mostrado optimista: “En el futuro, vermos cada vez a más italianos visitando España y más Españoles visitando Italia”.
Finalmente, Danese ha celebrado la estrecha alianza “entre dos territorios importantísimos como España e Italia” y se ha despedido como cónsul, ya que su mandato expirará en septiembre. Lo hará tras la apertura del nuevo consulado, que ha llamado a visitar por su novedosa estructura, “muy diferente, que promueve valores, realizada con talentos italianos en Barcelona, diseñadores, arquitectos y artistas que nos regalan sus obras” para una exposición permanente en el espacio. Otro elemento destacado será la cocina, donde se celebrarán actividades y encuentros para reforzar el vínculo entre ambos territorios, así como el de la ciudad de Barcelona con el resto de urbes italianas.