La propuesta de Jordi Sànchez de ceder los votos de cuatro diputados a ERC para que Pere Aragonès sea investido ha fracturado el grupo parlamentario de Junts per Catalunya (JxCat). Fuentes soberanistas aseguran a Crónica Global que la mayoría de los 32 parlamentarios neoconvergentes son partidarios de repetir elecciones con Laura Borràs como cabeza de lista. La división tiene visos de motín, pues podría venir avalado por las bases del partido.

La ejecutiva sostiene que el acuerdo entre JxCat y ERC todavía es posible, aunque no con la contundencia del pasado fin de semana. Sànchez precisa que esa cesión de votos está supeditada a que En Comú Podem quede fuera del Govern. Una exigencia que los comunes, elegidos por Aragonès para formar un pacto de izquierdas con la CUP, ven como una oportunidad para levantar cabeza después de un ciclo electoral adverso. Tanto en Cataluña --sexta fuerza más votada con solo 8 escaños el 14F, los que ya tenían desde 2017-- como en los recientes comicios madrileños --Podemos quedó por debajo de Más Madrid y PSOE--, los resultados no fueron buenos, de ahí que los comunes necesiten ese balón de oxígeno que supone gobernar con Esquerra.

 

 

La división en el grupo parlamentario de los neoconvergentes tiene visos de motín / CG

 

Reunión Díaz-Rufián

Sin embargo, JxCat y En Comú Podem no solo están alejados ideológicamente --los neoconvergentes ya criticaron el aumento de la presión fiscal que ERC pactó con los comunes en los últimos presupuestos de la Generalitat, y exigen el blindaje del modelo público-privado--, sino que además airean sus diferencias públicamente. La reunión entre la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha acentuado las hostilidades entre los todavía socios del gobierno. Los duros de JxCat acusan a Aragonès de pactar con un partido 'españolista', mientras que Esquerra advierte de que su partido “no es la criada de nadie”. No obstante, el escrache neoconvergente que sufrieron los republicanos el lunes les ha obligado a marcar perfil independentista a través de su portavoz, Marta Vilalta, después de las declaraciones de Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, en las que aseguraba que la independencia no estaba en la actual hoja de ruta de ERC.

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián

Pelea, por tanto, a tres bandas, que los incondicionales de Borràs no dudan en utilizar para insistir en que no piensan ceder gratis sus votos, abocando a Cataluña a una repetición electoral.

Borràs, que nunca quiso ser presidenta del Parlament –“es de todos sabido que concurrí a las últimas elecciones no con el objetivo de presidir el Parlament, sino de presidir el Gobierno de la Generalitat, dijo en su discurso del investidura--, se sabe fuerte, pues cuenta con apoyos suficientes para una segunda vuelta electoral. La militancia, que en los próximos días deberá avalar la decisión que, finalmente, adopte Junts, también está posicionada con Borràs. Un factor que Sànchez no tuvo en cuenta a la hora de proponer un gobierno en solitario de ERC.

Esa propuesta no solo cuenta con el rechazo del círculo de Borràs --Joan Canadell, Francesc de Dalmases, Quim Torra, Josep Costa…--. sino con el de los consejeros y altos cargos neoconvergentes favorables a un acuerdo de gobierno con ERC. "Todavía hay tiempo", dijo la consejera de Presidencia, Meritxell Budó. El plazo para evitar elecciones se acaba el 26 de mayo.

Confrontación y Consejo para la República

Ese núcleo que no renuncia a la confrontación con el Estado y a la tutela del Consejo de la República que lidera Carles Puigdemont, añaden esas fuentes soberanistas, rechaza que “un partido político esté dirigido desde la prisión”, en referencia al propio Jordi Sànchez. Entre los pocos argumentos que le quedan al secretario general para evitar elecciones es la perspectiva de que Junts pueda perder escaños en unos nuevos comicios. Según las encuestas internas de ERC, según avanzó el domingo Crónica Global, los neoconvergentes podrían obtener 4 ó 5 diputados menos.

Pero en las últimas horas, se han producido otros movimientos estratégicos que complican aún más el gobierno en solitario de ERC. La CUP, que se mantiene fiel a su pacto con Aragonès, advierte, no obstante, de la necesidad de no renunciar a la confrontación o de utilizar el "52%" de los votos independentistas que, según dicen, arrojaron las urnas el 14F. También dentro de los antisistema hay división, de ahí que sus portavoces busquen un equilibrio entre el ideario de izquierdas y el independentista.