Los máximos responsables sanitarios de la Generalitat insisten en cargar contra la decisión judicial que les obliga a vacunar a la Policía y la Guardia Civil en Cataluña en la misma proporción que ya se ha hecho con los Mossos d'Esquadra. Lejos de hacer autocrítica tras la resolución del Tribunal Superior de Justicia, que constató una aparente discriminación de estos dos cuerpos de seguridad del Estado, la consellera de Salud del Ejecutivo autonómico, Alba Vergés, ha vuelto a poner el grito en el cielo por lo que ha calificado como una "excepción" y un "escándalo mayúsculo", mientras que el responsable de Salud Pública, Josep Maria Argimon --que el martes llegó a quejarse de que ello retrasaría la vacunación de "gente de 70 años"-- ha expresado su malestar indicando que "si una inyección va a un brazo no va a otro, esto es obvio".
Vergés ha lamentado que, según ella, se tenga que hacer una "excepción" con la Guardia Civil y la Policía Nacional para vacunar a sus agentes --pese a ser los menos inmunizados en la comunidad autónoma, con apenas un 15% de ellos con una dosis, según fuentes sindicales, en contraste con el cerca del 80% de Mossos-- en un plazo máximo de diez días. Una resolución judicial que la Generalitat prevé empezar a cumplir a partir de este lunes inyectando la vacunas de Moderna a más de 4.000 guardias civiles y policías nacionales destacados en Cataluña.
"Escándalo mayúsculo"
Vergés se ha defendido en una rueda de prensa telemática de las críticas de discriminación a estas dos fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, esgrimiendo que la vacunación es "universal" en Cataluña y que el objetivo de la Generalitat es vacunar "al 100% de la población".
"Ahora sí que hay excepciones, a causa de que los tribunales lo han judicializado", ha lamentado la consellera, a quien le parece un "escándalo mayúsculo" que se haya "politizado" la vacunación.
Argimon se escuda en AstraZeneca
Por su parte, el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha insistido en que se frenó la vacunación del grueso de policías nacionales y guardias civiles al mismo tiempo que el de otros profesionales esenciales a raíz de la suspensión de la administración de AstraZeneca en menores de 60 años. Si bien desde la delegación del Gobierno han apuntado en los últimos días que, desde mediados de febrero, contactaron con los dirigentes de la Generalitat para que les vacunaran como al resto de cuerpos policiales.
Argimon ha sostenido que "el 100%" de los agentes que están por encima de esta edad y que quisieron vacunarse ya tienen puesta la inyección "desde hace semanas".
"Si va a un brazo, no va a otro"
Argimon ha justificado la elección de Moderna --destinada esencialmente a personal sanitario y enfermos graves, ya mayoritariamente vacunados-- porque desde hace semanas no se puede administrar AstraZeneca a menores de 60 años, y porque las vacunas de Janssen y Pfizer se dedican a la población de más de 70 años.
En esta ocasión, Argimon no ha querido entrar a valorar en qué grado podría afectar esta vacunación extraordinaria a personas que estuvieran pendientes de una dosis de Moderna, aunque ha insistido en su idea de que "si una inyección va a un brazo, no va a otro, esto es obvio".