La petición de Ada Colau a la Generalitat de Cataluña de realizar un confinamiento metropolitano en Barcelona y su área de influencia para evitar la propagación del coronavirus ha caído, por ahora, en saco roto. El Govern catalán no hará excepciones en su decisión, adoptada este mismo miércoles, de que el cierre a la movilidad se haga por comarcas. Una medida que la alcaldesa de Barcelona ve no solo insuficiente, sino incluso perjudicial en el caso de la capital, pues considera que contribuye a aumentar las aglomeraciones de personas en una ciudad ya de por sí demográficamente densa como es la Ciudad Condal.
La consellera de Salud, Alba Vergés, ha descartado por ahora aplicar el cierre metropolitano, argumentando que la petición debería ser consensuada por el resto de ciudades que integran el área metropolitana de Barcelona: "Tiene lógica que Barcelona lo pida, es una ciudad muy densa. Pero si vamos a un confinamiento metropolitano, hay que hablarlo, y que la petición venga de todos los municipios del área metropolitana", ha manifestado la dirigente del Govern en una conferencia de prensa junto al conseller de Interior, Miquel Sàmper, y el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon.
Consenso e idoneidad
Vergés no descarta que la propuesta de Colau pueda adoptarse en el futuro, aunque ha destacado que, incluso si se diera ese consenso de municipios barceloneses, será "cuestión de ver su idoneidad" y "escuchar los argumentos de los diferentes actores". Sin aventurarse a decir tampoco si podría aplicarse a partir del 19 de abril, fecha hasta la cual se alargará, como mínimo, el actual confinamiento comarcal.
Horas antes de la negativa de la consellera de Salud a la propuesta, Colau había alertado de que Barcelona es "una ciudad extremadamente densa" en la que "el confinamiento comarcal no solo no evita situaciones de riesgo, sino que las provoca".