La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha convocado la sesión de investidura del futuro presidente de la Generalitat sin que ERC tenga garantizada una mayoría suficiente. Tras reunirse con todos los grupos parlamentarios, en la ronda preceptiva para comprobar qué cabeza de lista tiene más posibilidades de ser ungido presidente tras las elecciones catalanas del 14F, Borràs ha anunciado que este viernes se celebrará el pleno y ha propuesto a Pere Aragonès (ERC) como candidato.
Sin embargo, Junts per Catalunya (JxCat) ha advertido de que el acuerdo con los republicanos no está cerrado y se emplaza a seguir negociando "en los próximos días o semanas". De esas declaraciones se deduce que Aragonès, el presidenciable de ERC, no será investido en primera vuelta, por lo que habrá que esperar a una segunda. De fracasar en esas votaciones, se abre un período de dos meses al término del cual, si tampoco hay candidatura viable, se disolvería la Cámara catalana y se convocarían nuevas elecciones.
ERC cree que hay tiempo para llegar a un acuerdo
Pese a ello, Aragonès ha expresado su predisposición a presentar su candidatura este viernes, convencido de que todavía hay tiempo para llegar a un acuerdo con los neoconvergentes. La decisión de ERC de dar prioridad a la CUP en sus negociaciones no ha agradado al partido de Carles Puigdemont. JxCat afirma que todavía no hay un acuerdo de legislatura que evite las peleas protagonizadas por los socios del Govern en la anterior legislatura. El papel que Puigdemont debe tener en este nuevo Govern, a través del Consejo para la República, es otro de los escollos.
Por su parte, el candidato de PSC-Units, Salvador Illa, también ha comunicado su intención de presentarse a la investidura, aunque Borràs solo ha propuesto a Aragonès.