La composición de la Mesa del Parlament se ha convertido en el principal escollo de las negociaciones para formar gobierno tras las elecciones del 14F. Nunca antes se había generado tanta controversia respecto al control de este órgano de gestión de la Cámara catalana, que decide qué iniciativas son tramitadas. La etapa convulsa del procés, que se saldó con el juicio y condena de los miembros de la Mesa por permitir que se debatieran leyes de ruptura, unida a la fragmentación política derivada del 14F, han dado protagonismo a estos cargos, a los que aspiran todas las formaciones.
La última pugna al respecto está protagonizada por En Comú Podem y la CUP. Ambas formaciones exigen formar parte de la Mesa, pero “no pueden estar las dos al mismo tiempo. O están los comunes o los cupaires. O ninguno de los dos”.
Las negociaciones de Aragonès
El republicano Pere Aragonès, que se presenta a la investidura porque es el candidato que tiene más posibilidades de lograr una mayoría de apoyos, aspira a formar gobierno con Junts per Catalunya (JxCat), comunes y CUP. Y todos ellos quieren formar parte de la Mesa. De hecho, uno de los escollos en las negociaciones entre ERC y JxCat tiene que ver con la presidencia del Parlament. Ayer, en la segunda reunión mantenida por ambas partes, se visualizó esa controversia, pues los neoconvergentes ven lógico intercambiar los cargos institucionales existentes ahora. Roger Torrent (ERC) preside la Cámara, mientras que JxCat tiene la presidencia de la Generalitat.
Tras los resultados del 14F, el partido de Carles Puigdemont reivindica ese cargo en el hemiciclo. Pero ERC no se compromete, pues se guarda esa carta para sus negociaciones con los comunes (8 escaños) y la CUP (9). El próximo fin de semana, las agrupaciones de los antisistema debatirán si deben asumir la presidencia del Parlament. Por su parte, En Comú Podem también aspira a estar presente en la Mesa. “Parece que todo se resolverá el mismo día”, auguran fuentes parlamentarias.
Peleas internas de los partidos
En JxCat también hay pelea interna sobre quién debe ocupar la presidencia de la Cámara autonómica. Josep Costa, que ha sido vicepresidente del Parlament en esta última legislatura y que permanece a la espera de que Puigdemont no tome posesión del escaño para entrar en la Cámara, reivindica ese cargo, al igual que Meritxell Budó. Ambos forman parte de dos sectores diferentes dentro de neoconvergentes: del núcleo duro de Puigdemont, el primero, y de la old Convergència, la segunda.
Pero el nombre que irrumpe con fuerza en las negociaciones es Laura Borràs, cuya posible inhabilitación como presidenta del Parlament --es investigada por la Audiencia Nacional por fraccionar contratos-- garantizaría un mayor eco mediático y político.
Por su parte, el PSC no renuncia a nada. Ni a una investidura que se ve complicada ni a presidir la Mesa. Salvador Illa quiere que sea una "mujer de izquierdas" la que presida el Parlament y todas las miradas están centradas en Assumpta Escarp. Con el permiso de David Pérez, que ha sido secretario de la Mesa desde 2015.