El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper, quiere que los Mossos d’Esquadra queden fuera de cualquier interés político, justo cuando se intensifican las negociaciones para formar el próximo Govern. Pero resulta imposible, porque los partidos independentistas luchan entre ellos con verdadera pasión y establecen ya claras conexiones entre los agentes de la policía autonómica y una supuesta operación para que JxCat no tenga el apoyo de la CUP, dado que Sàmper es consejero del partido de Carles Puigdemont. Ese es el mensaje de su círculo de confianza.
Los máximos responsables de esta supuesta operación serían los agentes que forman parte de la Brimo, la brigada móvil que protagoniza las cargas contra los manifestantes que se han lanzado a la calle en los últimos días llevando a cabo distintas acciones violentas. El más activo en ese círculo de Puigdemont es Germà Bel, un exsocialista, que arrimó el hombro a la causa independentista y apoyó la creación del partido de Puigdemont, Junts per Catalunya, cuando se desligó del PDECat. Bel, independentista irredento, lo tiene claro: “Ahora que ya comienzan los analistas de turno a especular, con la ligereza habitual, cuando señalan que los ‘contenedores quemados’ son votos para la extrema derecha… lo serán, en todo caso, para los partidos de orden conservadores. Para la extrema derecha quemar contenedores es de nivel P3 de violencia. Alborotos, vaya”. Y añade: “No se le debe dar más vueltas, la Brimo está reventando la investidura, y lo único que no sabemos es si es por iniciativa propia o por orden de los mandos. Al tiempo”.
Sàmper, "capturado"
Bel ataca sin piedad al consejero Sàmper, al que responsabiliza de la actuación de los mossos, que para el independentismo ha sido un desastre y va en contra de los propios intereses de los independentistas para poder formar un Govern. “Cuando tienes a la policía que diriges pegando a manifestantes pacíficos, mientras dejas de forma negligente que los vándalos y saqueadores, previsibles por los antecedentes, vayan a la suya, no estás en condiciones de seguir como consejero, porque has sido ‘capturado’. El tiempo vuela”.
Todo está en contra de los intereses de Junts per Catalunya, según estos activistas. La exconsejera Clara Ponsatí también se ha pronunciado en ese sentido, al comentar una información de Vilaweb sobre las posibilidades de formar gobierno. “Ay, ay, ay, ¿nos preparamos? Maniobras y lobi para un tripartido de ERC con los comuns y la CUP”.
Miedo a quedarse en la oposición
Otro de los más activos es Josep Costa, actual vicepresidente de la Mesa del Parlament, enfrentado con el presidente de la cámara, el republicano Roger Torrent. Costa, un alfil de Puigdemont, señala que los Mossos han sido abducidos, que no tienen el control de la Generalitat, ni, por supuesto, del consejero Miquel Sàmper. “Quien más, quien menos, echa a faltar a los mossos del 17 de agosto –atentados en las Ramblas— y del 1 de octubre. Pero sorprende que tan poca gente recuerde que el principal objetivo del Estado con el 155 y el juicio a Trapero fue asegurarse el control de los Mossos. Y, principalmente, que olvidemos que el 155 nunca se levantó del todo”.
Con ese esquema mental acude Junts per Catalunya a las negociaciones, con Laura Borràs alineada con esas tesis, y con la sospecha de que Esquerra tiene ya un acuerdo con la CUP y los comuns para dejarlos en la oposición. Pero en ese conflicto de intereses, los Mossos están recibiendo críticas desde todos los flancos.