Perplejidad total en personas que han sido comprensivas o que han entendido los pasos de los postconvergentes en los últimos años y de analistas que conocen a la perfección lo que trató de impulsar el partido de Jordi Pujol desde los años ochenta. Los palos son contundentes en las redes sociales contra los dirigentes de JxCat por cuestionar la política de los Mossos d’Esquadra, cuando fue Convergència la que impulsó el modelo vigente. Un referente como José Martí Gómez, tacha de “cínicos” a los postconvergentes, que buscan un acomodo con la CUP, y, por tanto, asumen las tesis de los anticapitalistas, para formar parte del Govern con ERC.
El veterano periodista José Martí Gómez ha estallado en su cuenta de Twitter al afear la actitud de Laura Borràs y del propio consejero de Interior, Miquel Sàmper, que ha aceptado reorientar el “modelo” policial de los Mossos. “Insisto en el tema porque es grave: ¿Cómo es posible que la postconvergencia que lleva en el poder decenios critique ahora el modelo policial que ella impuso? Dado que idiotas no son hay que pensar que son cínicos”, asegura Martí Gómez, en una larga lista de comentarios sobre la cuestión.
Porrazos o piedras
Martí Gómez va más allá, al plantear el asunto de fondo, sobre qué debe hacer la policía cuando se encuentra con situaciones de violencia en la calle: “Lo que va de ayer a hoy: la llegada de los Mossos fue celebrada: ‘Por fin tenemos nuestra policía; estos no nos correrán a porrrazos’, se decía. Santa inocencia. Los Mossos, como cualquier policía, pega porrazos cuando ha de menester. Ahora los manifestantes les tiran piedras”.
Y añade cómo se ha producido ese cambio, por parte de JxCat. “El modelo policial actual no sirve, dicen los herederos de la postconvergencia. Han tenido años para saberlo, porque llevan muchos de desgobierno en el Palau de la Generalitat. En esos años han metido a los Mossos d’Esquadra en más de un fregado. El Major Trapero lo puede contar”.
¿Qué puede salir mal para formar el Govern?
Josep Martí Blanch, ex secretario de comunicación de Artur Mas también ha ahondado en el problema, en relación a las negociaciones entre los partidos independentistas para formar el Govern. “El resumen es que hacer la vista gorda con el vandalismo es la base de negociación para los fundamentos del nuevo Govern, ¿qué puede salir mal?”.
El periodista Francesc-Marc Álvaro, conocedor en profundidad de la evolución de Convergència hasta derivar en Junts per Catalunya, también ha señalado todas esas contradicciones: “El problema no son los de la CUP, sino que les hagan caso (y los imiten, como hace JxCat): ayer fue Mas, hoy es Aragonès. No tenemos memoria. Palomitas y sorpresas, los anticapitalistas nunca defraudan. El resto del festival será responsabilidad de Waterloo”, en referencia a Carles Puigdemont, el verdadero líder de los postconvergentes.
En cualquier caso, para JxCat esas críticas no parecen constituir un problema. Y ya durante la campaña electoral, Laura Borràs, mostró su indignación contra los Mossos d’Esquadra, a pesar de depender del departamento de Interior, que dirige Sàmper, un consejero de JxCat. Lo hizo por un disparo de una salva por parte de un agente de la Brimo de los Mossos en Salt, tras unos incidentes protagonizados por Vox. “Me indigna ver comportamientos de algunos agentes de Mossos que son incompatibles con los de una policía democrática referente en la protección y promoción de derechos. Hay que ser intransigente y ejemplar respecto a estos comportamientos. Este es mi compromiso: tolerancia cero con la violencia”.